EL OTRO
E staba medio enfermo, decaído y constipado, con una fiebre de sábado por la noche, y aun asi abuse de mis células sanas para maltratar los huesos en una salida donde le robe horas al fin de semana nocturno. Definitivamente era mejor tomar la píldora o ibuprofeno, pero salí y eso es la alfombrita de bienvenida a la fatalidad. Aquella vez perdí mi V, porque quería tres x, no se culpa a nadie. Quizás solo a una si a una, a una copa de Martini. Luego de eso aprendí a que beber puede ser divertido sin terminar siendo el mejor amigo de un inodoro publico dentro de una disco. Dando bailes de tubo a cualquier extraña o incluso extraño. Zapateando como si el piso te exigiera masajes. Todo el humo termina en tu nariz. Y se atora en tu garganta cada beso ajeno. Cada sonrisa es falsa, cada momento está siendo medido por un radar donde eres el objetivo. Eres carne fresca, porque eres la inocencia en disfraz. Las bocas se contorsionan solo para hablar de ti y de tu simbólico a...