EL PERRO DIENTES DE SABLE


Rafaela tiene el irremediable don de congregar gente en un punto inigualable, su hogar. Esta prohibido faltar porque ahí esta prohibido prohibir. No es la otra dimensión, es solo la entrada  a...  Una vez abierta te succiona la cordura, lógica, entre otras ciencias  y se quedan en la bolsa de la aspiradora para un viaje sin boleto de retorno. Nunca sabemos dónde terminara el episodio, es mejor desconocer como la noche acaba, es mejor no especular. Felizmente toda la vida hemos terminado con una historia bajo el brazo para las generaciones próximas. Y aquel remoto sábado del que les vengo a hablar, no fue la excepción.

Como lo dije, faltar es una falta grave, sin embargo aquella noche solo éramos ella y yo. Porque juntos somos quizás el dúo dinámico mas necio del planeta, una especie de gemelos fantásticos pero muy distintos, que al golpe de puños nos transformamos en “tu pagas la ida y yo la venida" (taxi)… al final Yo pago ambas porque ella pierde la conciencia. Cada domingo en la madrugada que le sigue al agotado sábado, ella le pertenece solo al alcohol… bueno estoy exagerando pero Rafaela es un poco de eso. Aunque aquel sábado del que les vengo a hablar  fue una vez de excepciones. 

Estábamos tristemente sobrios, porque nuestras billeteras no estaban del todo alegres. Llegamos al bar de siempre, con las ganas de nunca, esperando encontrar adeptos o cómplices de siempre. Ella y yo eramos solo un par (y una buena mano se gana con más cartas). Nos encontramos con Rosaura y ella nos hizo la taba.  La mesa de un abracadabra se puso abundante de vasos rabiosos de espuma helada, za za za. Aunque yo no tome casi ni un litro, se me vislumbraba ido, como que perdido. Mi cuerpo estaba ahí con ellas pero mi mente estaba en una misión “Hallar la chica del correo electrónico misterioso”.

Nos encontramos con amigos de Rosaura,y la cara de ella cambio. Lo presentía, ella también estaba en una misión: “Conquistar al chico que conoce del trabajo”, pero ese es otro cuento. Prosigo. Rafaela entro en zona de bostezo igual que yo, los ánimos estaban decayendo a pique,  le conté sobre mi persona misteriosa, y ella entendió el porqué de mi cara de palo. Se supone que yo no saldría esa noche pero la chica misterio al contarme que iría al mismo bar a donde yo voy siempre, no me quedaba de otra,  tenía que hacerle un asalto a mi agenda y destruir mi domingo por las mañanas.

Todo estaba bien,pero si se supone que la iría a conocer en persona, porque estaba tan desconcertado… por la sencilla razón que 10 minutos despues de entrar al bar  ella mando el siguiente mensaje de texto : "Estoy llegando con mi ex “en plan de amigos”… No me moleste para nada, pero ... pero.... OK Si Me Moleste!. En verdad ni se porque me enfade cuando me dijo eso, no somos nada, y quizás me precipite a que estábamos en algo, pero en realidad estábamos en cero. Éramos amigos, solo eso, A M I G O S. En ningún momento se acordó un previo a "estar" como pareja. Pero yo soy el rey de los huevones, y para variar entrego todo por adelantado incluyendo el sentimiento. Y siempre termino trasquilado, sin nada más que mi propio abrazo…

Al modificar mi agenda modifiqué mi excusa horas antes (La excusa que usan todos para salir cuando no los dejan salir) y si mi madre adorada quería que me quedara por fin un fin de semana en casa después de mucho tiempo solo para ayudarla con unas cajas extra pesadas de la azotea, estaba muy equivocada. Me había escurrido por mi puerta, atravesé como culebra por la suya hasta la puerta principal,  salí directo al nocturno. 

Y como les contaba estábamos en carencia de espíritu, sin embargo Rosaura estaba haciendo suya la noche,  aparentemente el chico terminaría en su bolso. Bien por ella, en verdad nunca supe que paso después…En eso, sucedió, la chica misteriosa (ni tanto misteriosa) paso por mi costado de la mano de un tipejo que media dos centímetros por debajo de mi estatura ( si!, tengo buen ojo y lo escanee de pies a cabeza). Y se la llevaba al mini bar al fondo de la pista. Con la sola mirada los rastree en posición y estaban a un ángulo de 45° desde mi vértice posicional, entonces bastaba hacer un reojo para vigilarlos, lo cual viene siendo totalmente un absurdo tamaño del mundo, ella podía hacer lo que quiera pero me jodía que no lo hiciera conmigo. 

Ella quería conocerme, no quedamos en encontrarnos nunca, solo comentamos que saldríamos cada uno por su lado, quizás sabia que yo iría al bar pues siempre le hablaba de ese lugar, tal vez pretendía que la viera con él. Importa poco mis teorías. Lamentablemente mi estupidez siempre le vence el brazo a mi tranquilidad y sin sentidos con harta dosis de osadía, descolgué a Rafaela de mi hombro que casi me lo babeaba de lo “divertida” que estaba, y me acerque en tomas como de película hacia la chica misteriosa, no se que pretendía hacer, no tenia ni un solo pedazo de idea sobre lo que le iba decir. Pensé en un “hola…” “hey” estaba pobre de frases, me senti como un burro amarrado a la pista de baile dudando en que decir, mientras le dejaba esa tarea a mi cerebro, mi cuerpo era una masa que se desplazaba mas y mas, su objetivo estaba ya casi cerca, como si fuera un suspenso que se prolongaba con los nervios paralizados, mi dedo índice derecho aterrizó en su espalda,  y con mi cara de oso machucado, ella giró como un disco, tan veloz que ni me percate en mi pestañeo, y solo dije    "Ups sorry flaca, me equivoque de persona”…

Me di media vuelta y como en una película, la toma regresaba a su velocidad normal más rápida y relajadas , tonto yo, que no me percate bien de su cara, no pues, no era ella. Rayos, que ridículo me debí haber visto. Si hubiera sido un extra me ponía cabe a mi mismo para caer en la realidad. De regreso estaba ya cerca a la mesa donde estaban las chicas, pero sentía un cosquilleo, como si unas hormigas militares caminaran sobre mi pierna. Saque el celular del bolsillo, Oh oh “llamada de mama” ( Si pues le tengo miedo y?)

UPS, no sirvió de nada poner todas esas almohadas bajo la sabana…tenía que contestar la llamada, que se me ocurriría… no lo se. ¿Estudiando un sábado por la noche?, no hay razonamiento verbal ni lógico en ese pretexto. Pero definitivamente sabía que el ruido del bar y la música no ayudarían en nada a mi pellejo al día siguiente. Piensa piensa donde puedes meterte para contestar el incesante vibrar del aparato. Subí al balcón, y todo era igual, bulla por doquier, baje al mini bar lo mismo, ¿Salir? No era buena idea porque el reingreso estaba prohibido al menos que quiera tragarme la cola sin fin. Entonces leí entre humos el letrerito verde parpadeante que decía “salida de emergencia”. ¡Eureka! Empuje el portón y salí a un patio tipo de estacionamiento. Había cero ruidos, tan calmado como la superficie lunar. Conteste el teléfono,    “ si?” “ ah hola (mama) que pasa?” “ que me he salido sin decir nada?... Que hablas?,.. Claro que te dije, pero  estabas hablando por teléfono muy entretenida con tía Angélita, y ni me escuchaste, encima bote la basura de pasada”… “Si ya se, regreso en 20 minutos, estoy  revisando unas separatas y voy… si mama estoy con el carro, ok chau”.

Me sentí como un genio monce (loser). Mi sonrisa malévola dio lugar a un flamante suspiro de tranquilidad. Entonces voltee la cara como quien da la vuelta con una repasada de lugar, y en la terraza de del segundo piso  de aquel  patio había una especie de deposito, en eso mis ojos se abrieron a su máxima expresión, y es que no era porque estaba oscuro o porque vi un fantasma, fue peor... el animal bajaba lentamente y desafiante, con cara de pocos amigos, era un perro negro grande sin cola pero con unos dientes tamaño al equivalente de los dedos de mi mano, del color mas blanco que yo jamás haya visto, acompañados de litros de babas espumosas y gruñidos de infarto, empezó a ladrar. 

Primer acto: retrocedí un paso, siguió ladrando y bajó dos peldaños. 
Segundo acto: mi mano toco la puerta para abrirla, el perro ya estaba casi abajo a unos escasos pasos de mí. 
Tercer acto: la puerta no tenía perilla porque no se abría por fuera…

La bestia estaba furiosa pero por una santa razón desconocida estaba aun distante. Ladraba y ladraba como si yo le hubiera quitado algo, y les juro que no le quite nada!!!, ni un hueso!! es mas que me esculquen!!, no es mi culpa que los perros no tengan bolsillos y por eso no saben donde dejan sus cosas… “ABRAN ABRAN!!” empecé a tocar la lata vieja y media oxidada de la puerta, grité hasta la afonía, el perro bajó completamente las escaleras, y lo tenía frente a mí , esperando que en cualquier momento se trepara a clavar sus  gigantes dientes de sable sobre mí cobarde y temblorosa piel. Empecé a patear el portón y nada, era obvio que nadie iba escucharme con toda la bulla de adentro, estaba perdido era mi fin, nunca en mi vida había gritado “ayúdenme auxilio” y ese día lo hice, no había mas salidas que esa a la vista y tampoco pensaba usar otra si tenia el perro a mi costado esperando su presa.

No había opción, comer o ser comido, pero soy vegetariano, no había forma de escapar, el perro casi se puso en dos patitas para saltar sobre mi, y yo pegado a la puerta con el ultimo golpe y mi cara arrugada de terror. Y repentinamente sucedió, la puerta se abrió, el VIP me miro con cara de pena y risa,  sin explicaciones lo pase de largo y me fui,  y trato de detenerme pero solo dije “tenia que contestar el teléfono, lo siento” y regrese disparado hacia la mesa con la lengua incrédula. Le dije a Rafa que me tenía que ir, y junto a Rosaura se quedaron, mi cara la tenía más blanca que de costumbre, no se dieron cuenta de nada, sin embargo yo me di cuenta de todo. Salí del bar, encendí el auto y en primera choque con un poste, mis nervios aun no estaban completamente en su sitio. Todo paso mientras tenía que pasar. Normalmente uno cuando sale, solo en caso de seguridad lleva un sprite de pimienta o una navaja, en mi caso se podría  decir que la próxima vez tendré que llevar una galleta ricocan o un huesito con harto cloroformo para apaciguar a las bestias. ¡Oh que vida de perros! ¡Que noche de perros! 

#G
Anoche, Gercar lo dijo


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