El chico del bus

Es lo malo cuando te acostumbras a lo malo, cuando llega algo mejor lo dejas ir porque crees que no es posible que exista algo mejor.  Queremos siempre lo que no nos quiere y no nos damos cuenta hasta que el daño esta hecho. Hacemos uso del lado emocional de nuestra mente y nos olvidamos de que si no sabemos querernos no podemos esperar que el resto lo haga. Hace un año en el 2012, conocí a la primera persona con la que quise poner en práctica todo lo que tantos años de ilusiones habían cosechado. Quise hacer las cosas bien desde el día uno, pero es precisamente ese día, en el cual nos conocimos, donde empezó todo mal, y lo dejé pasar por alto porque sigo creyendo que mi vida es una excepción y que siempre terminaré con el final que tengo en mi mente. Y me olvido que las circunstancias de la vida no entienden el lenguaje de nuestra mente. Quiero pensar que es por mi edad. Buscar afecto con el primero que te sonría, fue mi primer diagnóstico de que algo andaba mal segú...

S abes que sucede cuando tienes mucho tiempo que no sales con alguien. No solo la ansiedad se apodera de ti y empiezas a aullar por las noches de un fin de semana, sino que también empiezas a buscar algo para llenar ese  vacío. Uno es ninguno, dos son compañía y tres son multitud. Por aburrimiento o soledad, sales con tu amiga y su novio, una pareja muy linda. Y el tercero soy yo, tocando las cuerdas de un violín que ni sabia lo tengo puesto. Mientras ellos viven su relación  yo solo observo anoto en mi bitácora mental, lo que debería o no debería hacer en algún momento en el futuro, cuando este dentro de una. Por lo general las parejas son dependientes, pero a veces pasar tanto tiempo junto a un ritmo de 24/7 puede ser tan aburrido y contraproducente.  Se requiere la compañía de amigos, y cuando solo hay uno pues sera el violín listo para tocar las cuerdas más no las carnes. Es bueno tener un violín cerca, es una herramienta para conciliar y mantener un equilibro en los ...

T he Killers una vez dijo: “Are we human?’ Tenemos sangre que se calienta con la ira y brazos que se enroscan con el cariño, Razonamos (no todos). No somos perfectos como un androide (eso solo existe en dragon ball z) No estamos libres de errores. Nos equivocamos y es de sabios curarse las rodillas y levantarnos. Pero es mas sabio aun entender que no siempre tenemos la razón. No hay necesidad de poner contraseña a nuestra mente y a nuestra capacidad para aprender constantemente y reconocer que admitir es un verbo que debe estar de moda. Hay amigos que amamos con el alma y daríamos lo que fuera por ellos, los perdonamos mas no siempre compartimos sus ideas, t omamos el lado antagónico y somos aquellos que tenemos que decirle a ese amigo “dueño de la razón” que se salga un rato de su forma de pensar. Pues con frecuencia actúan como psychos, irracionales, a veces como animales y sobretodo les gusta culpar a otros de su error. Si tienes una amiga que se pelea con su novio el cual te cae sú...

E s cierto, en algún momento nos tiene que suceder. Ya sea después de una gran decepción amorosa, la cual nos deja devastados y quedamos tan frágiles y con la necesidad de encontrar afecto, que cometemos el error de encariñarnos con el primero que nos sonría. Seguimos heridos, esa mala experiencia nos ha vuelto débiles y a veces se vuelve  fácil entregar todo al primero que te diga “me gustas”. Estamos sensibles a cualquier estímulo, estamos tratando de sacar el clavo con otro clavo, por lo tanto somos presas fáciles. Nos pone contentos la primera persona que te guiñe un ojo  al extremo de la barra  intentando hacer conexión, quieres ver que pasa y esa persona  solo te ve como un pedazo de carne.  Pasa cuando nuestra cabeza está con espacio libre, ahí donde nadie, ni el plumero más potente puede sacudir esas ideas cegadoras, que impiden ver las verdaderas intenciones.  Si te ha pasado que conoces a alguien y a los 5 minutos te declara amo...