AGRIDULCE SINFONÍA
Hoy caminaba por mi barrio con el volumen del ipod altísimo, comenzó a sonar "bittersweet symphony" de The Verve, cuando volví a casa. Este hit cayó nuevamente a mi cabeza y lo busqué en youtube, le hice clic y vi el video. ¿Alguien no se ha sentido así? Cuando te das cuenta que cuando eres de una forma es muy difícil cambiar.
Al salir del horno materno, somos una mezcla en proceso de formación. El contenido que se derrame en dicha "mezcla" puede afectar el proceso. Estamos rodeados de factores influyentes.
Si no tenemos cuidado, podemos vertir algo en esa mezcla y cuando esta se ponga dura no podrá regresar a un estado flexible. Esa mezcla es la esencia de uno mismo lo que nos hace únicos.
Crecemos y la inocencia desaparece. Tus sueños parecen de película e inalcanzables. Te meten ideas en la cabeza. Nos ponen en un molde es donde nos quieren encajar a como de lugar.
Y sucede lo peor: cambiamos. Y somos nosotros mismos quienes vemos mal nuestra mezcla y buscamos un molde al cual adaptarnos dejando de lado lo mejor de nosotros: nuestra esencia pura.
El querer "cambiar" es una disyuntiva tan grande en las mentes pequeñas de los jóvenes ... Es tanto el peso que tiene sobre algunos que parece olvidaran la realidad por vivir, y su otro yo se apodera de sus cuerpos y quieren proyectar otra persona que no son.
Vivimos otras vidas, a veces agrias a veces dulces: Cambiamos. Luego pasa el tiempo y no eres feliz con ese cambio. Tu mente regresa a su sitio y ves todo como es y te das cuenta que has perdido el tiempo tratando de ser alguien más.
Lo sé he estado allí, ¿Quien no?
Todos hemos pensando que querer ser alguien más esta bien, que no somos suficiente. Guardamos secretos como caramelos de miel que no quieres compartir. Nos paramos frente al espejo y no nos gusta lo que vemos.
Salir a bailar suele ser mi terapia cuando tengo estos ataques existenciales radicales. La pista de baile es un gran lugar para encontrarme cuando me he perdido dentro mis tantos yo.
Vivimos otras vidas, a veces agrias a veces dulces: Cambiamos. Luego pasa el tiempo y no eres feliz con ese cambio. Tu mente regresa a su sitio y ves todo como es y te das cuenta que has perdido el tiempo tratando de ser alguien más.
Lo sé he estado allí, ¿Quien no?
Todos hemos pensando que querer ser alguien más esta bien, que no somos suficiente. Guardamos secretos como caramelos de miel que no quieres compartir. Nos paramos frente al espejo y no nos gusta lo que vemos.
Cuando quieres volver atrás no es tan fácil. Pedimos y pedimos, y no damos algo a cambio. Pedimos cariño, y encontramos soledad, pedimos dinero, encontramos escasez. Pedimos venganza, encontramos karma. Pedimos un cambio y, a veces, no somos conscientes de aquel deseo. Cuando te das cuenta que tu esencia, lo que te hacia único, se perdió; se siente un vacío.
Salir a bailar suele ser mi terapia cuando tengo estos ataques existenciales radicales. La pista de baile es un gran lugar para encontrarme cuando me he perdido dentro mis tantos yo.
No me molesta para nada haber ganado tanto conocimiento en cosas random y superficiales, pero reconozco que he ido dejando en el camino (cual migajas de pan) ciertas características únicas y mías. Cuando quise regresar por el camino ya con todo lo aprendido, me daba con la sorpresa de que las aves se comieron las migajas.
Quieres volver a ser el de antes, y no es tan facil. La masa se endureció dentro de un molde que queria ser. La vida te endurece y ese molde no te hace feliz como pensaste que lo haria.
Quieres volver a ser el de antes, y no es tan facil. La masa se endureció dentro de un molde que queria ser. La vida te endurece y ese molde no te hace feliz como pensaste que lo haria.
Asi es la vida, una agridulce sinfonia, con altibajos. ¡Qué importante eran esos consejos que ignoré; Sé tu mismo! El molde puede cambiar, pero tu mezcla no; tú no lo hagas.
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