NO HABLES CON EXTRATERRESTRES
H oy por la tarde camino a mi pequeño París, o mis clases de francés, usé un sendero inusual rompiendo, sin querer, la monotonía de la rutina, porque el bus se me fue. Caminé y caminé como un caperuzito en el bosque de pavimento sin saber que se puede encontrar en el camino. No encontré un lobo, pero si un batallón muy pequeño de uniformes escolares frente a un kiosko de periódicos y me recordaron a mi época de chibolo; y en ese instante me detuve, por curiosidad, a escuchar lo que ellos decían: "No hables con extraterrestres". Cuando el mundo del himno de mi colegio y sus clases acabó, fui feliz. No por odiar la carpeta y las horas con mi madre frente una hoja que no lograba memorizar; la razón de esa felicidad, fue la salida de un bosque lleno de lobos abusivos. Sin embargo, hoy entró a un mundo diferente, uno lleno de marcianos; y no me refiero a los que adeudan rentas de alquiler en planetas de otras galaxias vecinas. Los seres que conocí al salir ...