TREN DE ILUSIONES - ESTACIÓN #02 LO QUÉ EL TELÉFONO SE LLEVÓ
D ice la gente que el tiempo se nos vuela de las manos , es verdad. Es incontrolable, por eso recurrimos a pedir un deseo a la fuente cristalina donde el cosmos se genera, lanzamos la moneda y mientras gira en el aire, lo piensas, lo vives, lo proyectas y lo deseas más que nunca. Poco después ese deseo se ve opacado por el transcurso de los días que no hacen otra cosa más que ignorar tus ilusiones. El alma se vuelve material y es carroñada por los cuervos despiadados de la indiferencia. Estaba cursando el segundo año escolar, pleno 2002. Colgué los tambores, y me dedique al taller de artes desde la segunda mitad del año. El colegio es unos de esos lugares donde todo puede pasar en las excasas pero suficientes 6 horas que ahí sobrevivimos. Dos recreos, son dos excusas para olvidarse de todo, aislarse y tener un pedazo de soledad a veces necesaria. A mi me gustaba subir al último piso y mirarlo todo. Mirarla a ella por primera vez. Todo empezó en el “día d...