ESTIMADO SEÑOR TIEMPO

Estimado Sr. Tiempo,

Le dirijo mis saludos cordiales esperando se encuentre bien de minutos y no le falten segundos en su vida. El motivo de la presente es comunicarle o, mejor dicho, hacerle llegar una solicitud.

Debido a la debilidad que caracteriza mi mente, me veo en la penosa, realmente penosa, necesidad de pedirle, de la manera más amable y, si no es mucha molestia para usted, que aceleré el ritmo de mi vida.

Así es, necesito que se adelante o acelere, señor. Por favor aceleré el ritmo en que caminan los meses, pues siento que por cada uno me cobran una década y estoy envejeciendo en este estado de ánimo que no se quita ni con el más potente saca manchas. No quiero que piense que esto es una queja, pero siento que está usted más lento que nunca y eso no habla bien de sus servicios.

Quiero pedirle si es preciso de rodillas que avancé lo más rápido que pueda, que toda la arena en esos frascos caigan con más rapidez, que todas esas manecillas en los relojes que cuelgan en todas las casas y que adornan todas las manos, absolutamente todos,  sean mil veces más veloces y, que los años luz del universo transcurran en la tierra.

Pedirle que sus horas jueguen a las escondidas y desaparezcan, se vayan de vacaciones y puedan llevarme con ellas a un lugar donde todo ya ha pasado. Un lugar donde la memoria se reinicie de cero y, así llenar mi mente de nuevas vivencias sin esos seres que, en tiempo presente, me atormentan.

Todos me han recomendado que acuda a usted porque dicen que usted bueno curando las heridas y las mías están recién cortadas. Otros dicen que usted "vuela", pero no veo que sea así. Estoy pasando por una enfermedad emocional que no tiene cura casera, la única solución que me dan los expertos y licenciados es que hay que darle tiempo al tiempo. ¿Necesita más tiempo, Señor Tiempo? ¿Cuánto tiempo, necesita usted para hacer caso a mi petición?

Por eso estoy aquí, dentro de este reloj suizo donde se inventaron sus poderes para poder insistirle en que adelante un par de meses a mi agonía, porque tratar de olvidar de las cosas malas que han sucedido encima de mi suerte, necesitan de tiempo. 

Puede que estoy volviéndome loco, y si estoy perdiendo la razón, entonces aprovecharé para hacerle otra petición; sé que es una gran imposición, sé que es más difícil y sé que, esos favores, usted ya no los hace a menos que sea temporada de películas de ciencia ficción. Sin embargo, si mi locura me lo permite tengo que decirle que; ¡Sería mejor si usted pudiera llevarme meses atrás! Retroceda y, de esa manera, yo pueda apagar mi celular a tiempo y apagar mi computadora en el momento preciso o tomarme una siesta en ese instante en que el primer “hola” apareció en la pantalla; de ese modo yo evitaría conocer a una persona, aquella persona que me arrepiento haber conocido y que hoy intento olvidar. Y, si ya estamos hablando de retroceder, no se si seria mucha molestia o conchudez de mi parte pedirle un favor enorme; regresar a mi infancia cuando estaba en el colegio y jamás dirigirle la palabra a falsos amigos. ¿Sería mejor esta última opción? Porque hubiera evitado tanta mala vibra que ahora me rodea. 

Creo que ese favor, es aún más difícil que el anterior, así que mejor dejémoslo así y tan sólo haga caso a mi primer pedido; porque, ahora que lo pienso bien, todo sucede por algo. Hay lecciones que debo de aprender, por eso usted señor tiempo no puede ni debe volver atrás, déjeme aprender. 

Por favor le repito una vez más, písele el acelerador a sus horas y haga que esta pesadilla termine, adelante los meses para mí que quiero olvidar a la velocidad de la luz.

Agradeciendo de antemano su "tiempo", quedo a la espera de su pronta respuesta, esperando no haberle quitado muchos "minutos" de su "tiempo" señor.

País de las maravillas, 22 de abril del 2014.

 Por Carlos Gerzon

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