El chico del bus

E s que solo de recordar lo que me dijeron me da NAUSEAS. O sea tienes la OSTRA de decir que lo supere? AY PARFAVAR no seas CONCHUDO. Ten algo de sangre en la cara. No seas cara de palo. Porque no vienes y te me enfrentas. Nada te cuesta. Acaso te voy a matar, asesinar, romperte un diente, reventarte una ceja o enderezarte la nariz? JAMAS. Yo creo que tu problema (a parte de tu inseguridad) es que nunca has intentado ponerte en mis zapatos. Porque la memoria es frágil y el dueño de la misma también. Te gusta hacer una selección de lo que le conviene olvidar y lo que le conviene recordar. ¿Por qué no recuerdas la vez que pasaste por lo mismo? ¿Qué sentiste? ¿Qué pensaste de esa persona que te “lastimó”? de ese mal amigo que hizo lo que hizo ¿Cuánto tiempo te tomo “PERDONARLO” (entre comillas)? ¿En verdad “Perdonaste”? No creo. Se notaba que no. Porque cuando uno perdona REALMENTE, también olvida. Y yo chochera te soy honesto NO SE PERDONAR. Si tú dices que has perdonado alguna vez algo ...

M uchas veces me pregunto y me repito a mí mismo: ¿Quién te crees para dar consejos como gran pendejo cuando no puedes aplicarlos a tu propia vida?”  Puedo dar cátedras de cosas que la gente debería y no debería hacer, pero nunca soy capaz de seguir paso a paso cada una de esas valiosas moralejas que ando predicando como testigo de Jehova a mis amigos en aprietos. Por eso a pesar de todos mis esfuerzos, tengo una pregunta que no sé responder: “¿Cómo puedo reconstruir un corazón roto?”  El mío ya no cree en nadie, está dañado y anda generalizando a todos porque uno jodió todo. No funciona bien porque cada vez que se supera, repentinamente tiene un apagón y me deja sin luz bajo nubes negras por periodos, felizmente, no tan prolongados. Mis consejos han quedado sin efecto-quitamanchas y e n vista que no tengo, solicité algunos consejos  ajenos extranjeros y forasteros que me han llovido, para todos:  Primero No uses un clavo para sacar otr...

F inalmente el tiempo hace efecto retardado, pero lo hace. Mi clima emocional ha sido en esta espera un cielo lleno de nubes negras, y poco a poco se va despejando allá arriba mientras yo avanzo aquí abajo. Ya están llegando a su fecha de caducidad en la parte de atrás de la etiqueta, ya me estaba cansando de estar debajo empapado en lágrimas, mi cabeza ya ni sabía que pensar, pasaba de todo ahí adentro, las peores ideas, las mejores venganzas, los argumentos más rebuscados, los “¿Por qué?” más absurdos y más cotizados. Llegas a muchas conclusiones para que al final todas regresen a lo mismo. Y si algún rayo de luz se quiere asomar, pues por la desesperación lo dejas entrar. Entonces al darme cuenta que estar en un pozo solo, enfurecido y haciendo el papel de víctima mejor que Meryl  Streep,  sacudí bien los huevos y me los puse.  Agarré una escoba y empecé a barrer yo mismo todas las cebollas en la entrada de mis ojos,  sacudiendo lo que me hacía lagrime...

S i pensabas que todo iba a ser igual todo el tiempo, piensa de nuevo. Si creías que lo que tienes ahora sea lo que sea iba a estar aquí contigo después de uno o dos años, estas equivocado. NADA pero nada se queda en su sitio, todo cambia. Todo se mueve, a pesar de que estuvo quieto mucho tiempo. Cuando dabas por hecho que tu vida sería así de “perfecta” para siempre, de repente y sin previo aviso BAM! Ocurre algo que va a sacudir todo tu mantel y nada de lo que estaba encima quedara igual. Habrán cosas que se romperán (tu corazón por ejemplo) otras cosas que se te caerán (las personas en las que confiabas), cosas que seguirá intactas y que no les pasara nada. El destino ha firmado un contratado indefinido para manejar nuestras vidas por órdenes del universo. Él le ha dado las marionetas y las cuerdas de nuestros actos para que con sus dedos torpes y a veces precisos haga lo que quiera con nuestra suerte. El daño colateral es que al cambiar nuestro entorno cambiamos con él. O nos adapt...