DESINTOXICACIÓN DELICIOSAMENTE LENTA


Ayer volvió a aparecer tu número telefónico en la pantalla bloqueada de mi smartphone, y digo número porque te borré de mis contactos, y memoricé los últimos tres dígitos para saber que eres tu quien vuelve con sus mensajes de siempre.

Vuelven las insinuaciones a horas no apropiadas, buscándome de madrugada, como si en la noche encontraras valor. Como una criatura nocturna que quiere chuparme más que la sangre.

Pero no me engaño, todos sabemos que me escriben los mojitos, chilcanos y shots de jagger que te han acompañado durante la juerga de anoche. Cuando yo este borracho es probable que también tengas noticias de mí.

Cuando atacan tus mensajes, ya tengo todo un proceso para evitarte: ignorar y borrar son mis verbos aliados. Sin embargo todos mis planes siempre se debilitan ante tus palabras cortas pero efectivas y la foto de tu whatssapp puede derretir mi voluntad. Como quieres que te olvide si no me ayudas a hacerlo.

Tengo una obsesión contigo. Mi fuerza de voluntad esta con la batería baja y en modo de consumo. Estoy rodeado de todos esos momentos por montones cuando a caprichos te manipulaba para que termines encima de mis colchones.

Sí, yo sé que tenemos una debilidad. Aunque ya te fuiste de mi corazón, sigues entre mis piernas y ellas aun quieren tenerte, porque no tienen cerebro, no pueden razonar como lo hace mi cabeza, de tantos cocachos finalmente aprendió.

Pero esos movimientos, esos besos acompañados de esos labios se mueven también en mi boca y en otras partes... 

He llegado a la conclusión que se puede olvidar el amor pero no el sexo.  Eres un veneno, que hace efecto rápido. Una droga adictiva incontrolable. Una manía, una psicosis, un fantasma que me persigue por los muros y de noche me jala los pies, las piernas y todo lo demás ¿Cómo puedo escapar?

Tendré que hacerlo lentamento. Voy a enviarte mensajes de madrugada para derretir los glaciares de mi cama. Si tengo que tenerte desnudo y borracho los fines de semana, trataré de que sean mis dosis bajas para rehabilitarme por completo.  Voy a hacer lo mismo que tú. Nos usaremos mutuamente.

El alcohol, los fines de semana y las tres de la madrugada serán mis cómplices así como fueron los tuyos. 

Soy un estúpido ya no me den más consejos que ya me los conozco de memoria, y si acudo por ayuda díganme que es la misma historia. Pero necesito este proceso de desintoxicación deliciosamente lento.

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