El chico del bus

Tic tac dentro de mi cabeza con la mirada perdida y la botella en la mesa. Tic tac en la despedida con la maleta en el taxi rumbo a una salida. Todos mis sueños se hicieron realidad, pero basta la realidad para dejar de soñar. Te quise por muchas horas hoy intento escribirte y solo encuentro tu ausencia voluntaria. Un desinterés programado  desde el momento en que me fui de tu lado. Tic tac dentro de mis recuerdos que insisten en tomar tu forma. Yo no quise conocerte fuiste tú quien dijo el primer hola. Tic tac en las sábanas y en todos los besos que esperábamos desde la calle donde conversamos la primera vez. Tú empezaste esta historia de un solo renglón y dedicase terminarla cuando ahora soy yo quien reclama continuación. Tic tac por muchas horas extrañando tus besos tus risas y tus ojos negros que brillaban cuando dijiste ese adiós.  Por  Carlos Gerzon Instagram:  @elchicodelbusblog   Facebook:...

Antes que nada, me gustaría hacer una declaración. Al ver este mundial #RUSIA2018 he decidido cambiar mi religión y ser cristiano #CR7 aunque mi corazón este en Paris #Griezmann y mis caprichos empiecen a perder el Kroos-trol. ¿se entendió?  Y hablando de corazones, me han dicho que el mío se ha vuelto frio como el clima de Rusia en invierno. Y es verdad.  A mi me sucede que cuando temo a que me engañen o lastimen emocionalmente mi cuerpo se transforma en una  Matrioshka: me encierro en mí mismo guardando todos mis sentimientos bajo infinitas capas; y por fuera transmito varios personajes que se encargan de decirle al mundo: Estoy bien.  Descongelar mis sentimientos tomara tanto tiempo como un partido empatado, recurriendo a tiempos extras. Me he vuelto frio. Y no es porque haya decidido cerrar la puerta, no soy Putin para prohibir nada a nadie. Sin embargo, siento que si mi vida amorosa fuera un mundial de futbol yo seria como Corzo sentado en la ban...

N o soy bueno en matemáticas, pero la última vez que conté éramos dos viendo aquel su nset en primavera, hoy quedé solo yo. Yo solo.  “Vamos a mirar al sol bañarse en el horizonte” gritabas emocionado como un niño en una juguetería.  Hoy, frente al mar, solo estoy yo esperando que sean las seis de la tarde. Me llevabas de la mano corriendo cuesta abajo hasta la costa. Me besabas a escondidas de las señoras tradicionales de Barranco. Y te reías de mis ocurrencias a pesar de que estas no tenían cuando acabar. Le robábamos el auto a tu abuelo y manejábamos con el volumen alto. Cantábamos Van Gogh. Sabíamos las letras. Éramos dos niños inquietos con ganas de libertad. El verano se acababa cuando nos conocimos. El cigarro te bailaba en la boca aquella noche que me diste tu mano y tu nombre. La barba sin afeitar derretía mi boca, tu boca. Mis besos pasaron a ser de tu propiedad. Por primera vez en mucho tiempo rompí todas mis reglas. Te abracé antes de tie...