El chico del bus

Anteayer tenias apenas veinte, pareces de veintiséis.  Chico no tan chico, maduro más que la manzanilla  No sabes nada de la vida  yo podría estar de rodillas y tú ni me ves. Me gustas tanto que parezco un chico de dieciséis. Me haces reír, me haces enojar  Me gustas, lo sabes, pero te haces del rogar. Desde que entraste a trabajar a mi oficina tu sonrisa es la que me hace madrugar,  levantarme temprano para ir a trabajar.   Tu indiferencia es un abismo,  tu mirada esta en la cima.  Hasta que llegue el día de la verdad seremos solo amigos. Un día estaremos tan cerca que el primer beso será inevitable.  Hoy no viniste y tu sitio y mi mirada estaban vacíos.  Mis mensajes se quedaron leídos  mas no respondidos.  Al dia siguiente también se extrañaba tu sonrisa, pero no había rastro de tu presencia.  Lamento lo qué pasó ayer  Me gustaría volver, volver a ant...

Quisiera ser un pez, cantó alguna vez Juan Luis Guerra. Yo también quisiera serlo. Desde que una amiga me dijo: "Hay más peces en el mar", quisiera aventarme a buscar uno; y no hablo de un amor inusitado como "La forma del agua". Quisiera ser un pez, q ue solo nada y nada y nada que ver, y no ve nada.  Y que me lleven a ese mar del que siempre me hablan donde siempre "hay más peces", p orque no encuentro a ninguno  y m i anzuelo está como nuevo,  la carnada se ha ido de vacaciones. Quisiera ser un pez como la canción y  nadar por tu cintura cuando conozca al dueño de dicha cintura.  Que me lleven a un mar sin sal p orque ya estoy salado  e n suerte.  Nadar y nadar hasta que se me canse la cola de tanto moverme.  Hacer burbujas con la boca y que no las revienten porque me siento a salvo en ellas. Quisiera ser un pez y moverme por los siete mares, encontrar una isla perdida para ponerle mi nombre, llevarme un libr...

He recurrido a métodos primitivos y medievales; recursos encantados para buscar la rueca y pinchar mi dedo, cayendo profundamente dormido porque solo así te tengo. Hace dieciocho días vengo soñando contigo y es el maldito despertador que se atreve a detener mi proceso de poseerte nuevamente entre las yemas de mis dedos que dejaban mis huellas dactilares en superficies blandas como un malvavisco.  ¡Ay como te extraño! mi querido loco. Sin darme cuenta pienso en ti cotidianamente. Me puedo tropezar y caer de narices mientras  camino por la calle, porque sueño despierto pensando en ti.  Sueño todo lo que podríamos hacer, y  digo podríamos porque aún hay posibilidades. Nos separa la distancia y el miedo. El mar es amplio y el miedo profundo. Miedo de enamorarnos y no ser correspondidos  Miedo de dejarse llevar y estrellarnos con un muro que no veíamos al inicio. Miedo a que todo lo que queríamos no era lo que imaginábamos, mie do d...