BUSCANDO UN KEN (POLÍTICAMENTE GAY)




Mucho antes que el COVID-19, en el mundo gay existía una filosofía tan grande que amenazaba con extinguirnos. Igual de contagioso que una ETS y de facil propagación. Normalizado y estandarizado hasta que finalmente se estableció como una caractersitica reconocible de todos nosotros en conjunto, porque cuando nos ven desde afuera lo dicen claramente "somos superficiales". 

Hoy más que nunca es difícil emparejarse, sin embargo las apps de citas e instagram son nuestras aliadas en estos tiempos de aislamiento decretados por el actual presidente del Perú, al cual muchos quieren regalar su voto por las cosas políticamente correctas que está haciendo por el país. El mundo de los chats gay es bastante similar, muchos chicos quieren dar su voto y su poto al candidato con la mejor foto, el mejor feed con perfect fit. La gran mayoría de chicos busca un Ken para ser su Barbie, buscan un Maluma o Bad Bunny. Buscan a alguien casi perfecto y se olvidan que ese "tipo de chico" está más sobrevalorado que las colas de los supermercados por la cuarentena.

Hace un tiempo uno de mis amigos nos habló de un chico que lo hacia reir a carcajadas, le escribia todos los días y siempre con una conversación interesante bajo el brazo, incluso las horas de la noche no eran suficiente para chatear. Se habian conocido por una app de citas y  parecía que no habia mejor manera de pasar la cuarentena, hasta que decidieron enviarse una selfie para ver qué estaban haciendo; y fue allí cuando el muñeco Ken que mi amigo tanto había esperado en navidad, se convertía en la calabaza de su 31 de octubre. Ya se habían visto antes, sin embargo la primera foto fue su mejor foto, tenía el ángulo adecuado y quizá el filtro no pudo inventarse en mejor momento. 

-       ¿y qué pasó? – le preguntamos mis otros dos amigos y yo. 
-       Dejé de responderle – respondió él. 
-       ¿por qué?
-       No era mi tipo. 
-       ¿por qué?
-       Bueno, no sé como decirlo, era… feo.


En un segundo después de ver la foto del chico, nada más importó, ni su buen trabajo, ni buena posición, gran sentido del humor y las cosas en común que descubrieron fueron devastadas por la selfie con efecto de bomba atómica acabando con todo lo bueno a su alrededor. 


-       Hiciste lo politicamente correcto. Dejar de hablarle sin decirle el porqué. 
-       ¿siguió escribiendote?
-       Todos los días después de aquel. 
-       ¿Le respondiste? 
-       Claro que sí, pero fui cortante. 
-       Le hiciste ghosting, Gonzalo. 



Mi amigo hizo uso del ghosting para deshacerse de su amigo cibernético. Obviamente en el grupo que tenemos por WhatsApp le pedimos nos muestre la foto de aquel chico con gran sentido del humor y buena gente, pero feito. Al enviarlo el veredicto fue unánime, 5 de 10. No era un ogro, pero las expectativas de mi amigo son a partir de 7.5. A veces deja entrar un 7. 

-       En Lima no hay chicos guapos y, si los hay, son heteros.
-       Estas generalizando.


Ahí va nuevamente el virus del que hablaba al inicio. Parece que ser un chico superficial en busca de un Ken o lo más cerca a la perfección es como un peaje en la entrada del mundo gay cuando recien sales del closet. Y a pesar de que intenté, no pude dejar de preguntarme ¿será que todos los gays somos superficiales? 


A raíz del chico bueno, pero feo, todos contamos anécdotas sobre chicos que parecen ideales, pero tienen “algo” con lo que no podemos vivir. Y cuando nos preguntan “oye por qué ya no me hablas” pues no es políticamente correcto decirles la verdad. La cruda verdad. 



No puedo excluirme por más que traté. También en el 2014 buscaba un candidato para mi sillón presidencial, alguien perfecto. En ese tiempo mis expectativas eran altas como el azúcar en la sangre de un diabético. Conocí a un chico por tinder, era encantador, inteligente, ojos lindos, rapado, me pasaba horas y horas chateando con él por la noches y él era el último a quien le decía hasta mañana y el primero en saludarme con un buenos días. 


Fueron varios días de mensajes lindos y entretenimiento emocional. Quería conocerlo, moría por conocer a aquel chico que me enviaba selfie todas las mañanas con un "buenos días". Me engreía y me hacía sentir especial. Mi cabeza de veinteañero lo había decidido, él es el indicado para salir y ver que pasa.

-       ¿Será que he conocido a mi Ken? 



Aunque no soy una Barbie, tenía la cabeza hueca y plástica en ese entonces porque el día de la cita cuando Mr. Perfecto llegó en su camioneta Subaru a recogerme, no bajó del auto. Abrió las puertas con el boton, me invitó a subir al asiento de al lado y desde ese instante que lo vi en persona todo fue cayendo como un avión sin combustible a pique. 

Y no estaba seguro de que supone que debía hacer. Simplemente ¿debía seguir con la cita hasta que acabe? no tenia el valor de dejarlo. No quería irme aún, quería encontrar de nuevo a mi muñeco Ken en algún lugar de ese auto, pero ahí estaba sentado a mis costado y a pesar de todos los accesorios incluidos: inteligencia, humor, conversación interesante, carrera exitosa y lucía igual a las fotos; ni aún así pude con el hecho de que media 1.40 de estatura y que cuando bajamos a tomar un café parecía un niño a mi costado. 

-       Hice lo políticamente correcto y me quede con él toda la cita.
-       ¿volviste a escribirle ? - preguntaron mis amigos, me hacian tan dificil no quedar como la villana. 
-       Él me escribió como siempre y yo poco a poco fui desapareciendo como un fantasma. Le hice ghosting con roche y me preguntó “pasa algo”


Obviamente si. Pasa que no pasas el metro cuarenta de estatura y me siento una mierda por pensarlo.




Decirselo hubiera sido políticamente incorrecto. Te dejaste llevar por su físico – acotó mi amigo Giacomo. 



-       Y ¿que le respondiste? - me preguntó Gustavo. Mientras yo les enviaba al grupo de WhatsApp una foto del chico para que le dieran el paletazo respectivo. 


-       Al menos éste no es feo - dijo Gonzalo que había aprovechado el pánico para sentirse menos culpable por hacerle ghosting al chico bueno, pero feo. 

¿Qué le iba a decir? Qué le dejó de hablar porque es enano. Me quedé callado y le dije que no pasaba nada. Le dije que estaba muy ocupado y después le escribiría. 


Nunca le volví a escribir, él escribió un par de veces más hasta que se cansó o entendió la indirecta. Hice lo políticamente correcto al no decirle la razón, pero fue incorrecto jugzarlo por su estatura. 


Luego me arrepentí de haber dejado ir a un chico que valía la pena. Meses después lo volví a ver de la mano de otro chico, me miró y volteó la cabeza hacia otro lado y supe que me lo merecía. Merecía su indiferencia. 

Algunos chicos en Lima son más superficiales y andan buscando un muñeco Ken para presumirlo más que para quererlo. No podemos evitar la influencia de nuestro entorno. Sin embargo podemos tomar desiciones propias alejandonos del que diran de los amigos y de los amigos de los amigos. Como dijo mi amigo cuando me oyó sentirme mal: "Es naturaleza gay, son solo gustos, así somos. No es correcto ni incorrecto es políticamente gay".

Y eso no me hizo sentir menos culpable, al contrario comenzaba a sentirme contaminado por el aire tóxico de los gays limeños; es como evitar el COVID-19, tienes que usar una “máscara” para salir con ellos.


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