RESPIRANDO LA NOCHE


Mis pies cada mañana son dos cubitos de hielo, 
el invierno se disfraza de un absurdo helado 
que recorre todos los nervios que dotan de calor mi cuerpo, 
se empujan mis dientes unos con otros como si 
se encontraran dentro de un bus donde no hay espacio.

Si no me encuentro sumergido frente a un ordenador,
quizá ando haciendo zapping en alguna pantalla de la habitación.
Cuando madrugo lo hago por presión maternal, 
como si ella me abortara de la cama 
para no terminar durmiendo 14 horas al día, 
y no miento puedo llegar hasta las 15 sin abrir los párpados 
con mis narices obstruidas, la garganta hecha trizas 
y los cabellos haciendo un festín en ausencia del peine.
 

Primero lo primero: quito las vendas de mi momia cama,
curo el comezón diario de mi espalda con las garras que debo reducir, 
me dirijo al estéreo conecto el ipod y dejo la música que juegue con mis sentidos,
mis ventanas me muestran el mundo trasnochado 
y el frio sigue entrando sin invitación por debajo de las puertas. 
Es hora de un buen señor café. 

Tras deshacerme de toda la transpiración

de una buena dormida con una buena bañada,
cojo lo básico; un par de jeans holgados con una camiseta cuello V, 
botines, gafas oscuras o espejadas, 
chaqueta llena de estampados geométricos de cuatro ángulos 
y listo; se escucha el sellar de la puerta detrás de mis pasos
 que buscan con urgencia pisar calle.
 

Como un organismo mecánico, 
recorro los lugares por inercia, 
nadie me atropella, nadie me persigue, 
estoy acompañado por nadie. 
Siguiendo mi ritmo camino y camino por el camino 
sin que me duelan las piedras al tropezar.
Respiro el absoluto, me detengo solo por una buena imagen 
o un arte visual que mis ojos capturan 
como musa para un próximo arrebato de estos.

Palpita mi músculo cardíaco 

en mi carrera por alcanzar el sol 
antes de que se ahogue donde termina la vista. 
Cuando existe en mi agenda un superávit de tiempo, 
lo empleo para saludar a la luna y deleitarla con un fondue avec moi.

En mi descenso a la gravedad la noche empiezo a respirar, 
cubro los hoyos de mi volcán y empiezo a pintar la oscuridad para no asustarme, 
con pinceles y acuarelas que nacen en la paleta cromática. 
Cubro mi visión y respiro la bulla, respiro la noche 
y las criaturas danzan en cámara lenta mientras
se filma el videoclip de mi velada que pasará 
a empolvarse en mis recuerdos 
como un suvenir solo para mostrar a la visita.

¿Qué puedo decir? 
Soy un hombre con sueños en un teléfono en espera, 
que consume el futuro como el más letal de los estupefacientes.
Perpetuamente estoy condenado a descifrar señales 
mucho tiempo después de su efecto. 
Haciendo del hedonismo mi religión, 
y practicando el "carpe diem" esporádicamente. 
Mirar y respirar, pedir más seria un acto de avaricia,
pero no puedo con mi genio, 
seguiré inquieto rechazando cualquier signo de conformismo. 

Instagram: @elchicodelbusblog 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SEX O'CLOCK Cap. 8 EVIDENCIAS

SIEMPRE NOS QUEDARÁ BUENOS AIRES Cap. #04 EL TIEMPO NO ES IGUAL PARA TODOS

NO SHAVE NOVEMBER