MONOSÍLABO NECESARIO
C uando mi vida recién daba los primeros pasos junto a mis pensamientos, la voz maternal me decía que había un ser divino, omnipotente que todo lo podía y todo lo disponía y yo, ingenuo aun, le creí. Enterré mi infancia tras la pasos acelerados de la adolescencia y mi mundo entero me mostró la cara de idiota que tuve al creer la mentirita blanca de mi madre. No había nadie allá arriba, aparte de marcianos, solo había una ideología masiva que había cazado a todos los creyentes y los puso a todos en un bolso lleno de hipocresía religiosa. Una mañana desperté con los ojos hinchados, como si hubiera pasado la noche bajo la piscina con los ojos abiertos. No había rastro alguno de mis lágrimas del tiempo transcurrido de ayer, solo había una cabeza fría llena de ideas nuevas, contemporáneas y quizá había toques de neocatolicismo. La venda había caído con tal fuerza, que quebró el suelo, y no solo eso, también desplomó mi dependencia a ese todopoderoso tácito que se ...