UNA MENTE LOBA


“Para las tuberías del alma no existen plomeros que puedan reparar las fugas de los pisos altos”.

Ahí estábamos mi ventana y yo en una competencia de miradas. Y me vi en la penosa necesidad de despedir al sol que se enterraba en el horizonte mientras la noche le caía encima.  Discutí con mi cabeza y le dije “Es hora”. Recorrí mi celular y busque a mis amigos, los amontoné para una salida más del sexto día semanal que nunca deja de ser mi excusa para volar por la ciudad y caminar sin caminar.  “No es momento de estar bajoneado, es momento de salir a hacer bulla y dejar huella”.

Conocí a esta tipa, hace dos semanas exactamente. Yo andaba en mi necio existir de los sábados por la noche. Es una enfermedad que no se cura. En fin. Andaba yo deambulando dentro de esta selva de tercos sudados de los verbos saltar, gritar y cantar. Me acomode en una silla del rincón, como vi que era incomoda, subí al balcón. Desde ahí contemplé a la raza haciendo fiesta con la música, como un dios que todo lo ve, todo lo sabe y no se la escapa nada.  Ahí ella dirigió sus mojadas letras, realmente sumergidas en el líquido etílico, mal necesario por excelencia. Y luego de unos cuantos argumentos llegamos a la conclusión de que es mejor seguir mojando las palabras hasta que encontremos un tema más ameno. Es así que al llegar el número 3 am en el reloj. Dejamos de escuchar la música y nos escuchamos con atención. Pues de la lengua nuestra, brotó un issue que cautivo mi atención al extremo. Y todo comenzó con una inocente y clásica pregunta que ella soltó: “¿Cómo te ligas a una persona?”

Mi respuesta se quedo en mi tráquea, ahí atorada. Pues yo no sabía si decir la primera pachotada que cruzo el frontis de mi apenas subconsciente sobrio. O quizás era más elegantemente cool, decir “ ja-ja-ja ¿Por qué me preguntas eso?”, es una respuesta que te saca de la situación más incómoda. Pero mi enmudecimiento dijo mas que cualquier letra de mi complicado abecedario mental. Ella sonrió y me dijo, “ Broder, estas en lugar indicado”.

-          “Que, tan capa eres”- le dije seguido de un zip de la botella.
-          “ Se sabe lo básico”- respondió sin titubeos.

Lo demás, es historia. Pero tengo humor de contársela.  Nos sentamos al lado de una pareja en plena temporada de apareamiento. Y nos reímos de nosotros al ser vecinos inoportunos, pero en fin eso se llama, “al alcohol no le molesta”. Encendimos el tabaco bien armado en el  papel blanco. Y sacudió su cabeza luego del letal shot de jagger.

“Tácticas no sé, pero yo prefiero llamarlas maniobras”(ella hablaba) “Es necesario encender tu radar, y capturar un objetivo por solo una noche.  Formas de acercarse a tu objetivo sin que tu instinto de lobo sea detectado, sobran”  

No le entendí. Luego siguió. “la persona objetivo debe ser estudiada en un tiempo record de un par de minutos, y a distancia, si tienes suerte de que el objetivo está en el grupo, podrás tomarte más tiempo e incluso interactuar”.

Me reí, estaba  a punto de interrumpirla, pero me detuvo el humo saliendo por mis labios. Ella continuo: “Uno pide un pucho, Dos no pidas pucho. Se pide con el afán de que el blanco lo encienda. Jamás pidas a tu objetivo un pucho, pídeselo alguien más”. Yo obviamente me ahogue en carcajadas y sin darle tiempo le dije: “ y si no tiene encendedor”. “Simplemente no has estudiado nada, obviamente es ahí cuando usas el Dos, no-pidas-pucho

Mis amigos seguían en su ritual bailable abajo con toda la manada de necios hambrientos de sábados aterciopelados. Yo pretendía sigilosamente escabullirme entre las escaleras y alcanzarlos. Pero ella realmente me detuvo con una sola frase. “Tu inseguridad va arruinar toda posibilidad de que termines este sábado en otra cama que no sea la tuya”.

Pensé que se dirigía a mí, con aires de conocerme a primera vista. Pero fue algo que se decía ella misma mientras mataba el cigarro en el cenicero. “Si dudas en plena misión, ya fuiste. Tienes que convencerte”. Le pregunte en una: “¿Cómo haces para llevarte a alguien?”

“Dos cosas” me dijo: “Una vez que hayas hablado con esa persona, esperas fielmente a que diga una pachotada, te pones exquisito. Y te aíslas de tu objetivo”. Mi cara fue de “?”.  Ok  siempre supe que conocer gente random puede ser una experiencia bastante divertida y sacada del país de las maravillas, donde te topas con la locura personificada. Pero ella estaba tan poco en ese lugar. Su cabeza fácil era un trompo de madera que giraba a treinta mil revoluciones por segundo. Pero a modo de charla cojuda que no me afecta en lo absoluto, continué escuchándola. “Si se impacienta por darte la razón o pedirte una disculpa, BINGO lo tienes en tus manos, o al menos tienes su atención en el bolsillo”.

Hubo una pausa. “Barcelona, te estas equivocando, no puedes seguir…”- cantaba la nena  mientras yo ataba mis agujetas desobedientes que nunca dudan en hacerme caer cuando más me adentro en el licor. “Ya te canse? Viene la mejor parte” (continuo la loba). Me senté a 90 grados y me di la oportunidad de saber escuchar a una persona que al parecer quería ser escuchada. “Cuando alguien de tu interés se encuentra a pocos centímetros de ti. Tienes que usar tus dotes teatrales, tienes que aparecer en su radar. Surprise, no solo tu estas de cacería, la gente también busca blancos a dónde dirigir sus dardos”.

“Tienes que asegurarte de estar seguro de lo que dices. Tienes que decir cosas que no quieres decir. Tienes que hablarle a gente con la que no quieres hablar. Tienes que dar a entender que no te interesa nadie, y que nadie se entere en que estas”. Se detuvo a saludar a un amigo supongo y siguió. “Es mi ex” , “Cuando una persona a si se encuentre a catorce pasos de ti, huele tu instinto lobo. Te lo hará saber, y se acercara o buscara el movimiento adecuado para que tu des el paso novato”.

Estaba a punto de decir mil datos más para mi libreta de cazador. Pero se acerco este dios griego, que me hecho a perder el parloteo.  Ella se inclino poniendo algo en su boca y él encendió el cigarrillo de sus labios escarlata. Luego de dos palabras, se la llevo a la barra y nunca más la volví a ver. Pero dejo en mi oído una frase digna de una estatua ala memoria de una heroína que no tiene más merito que el ser una Pro .  “Funciona, o no. Recuerda lo que dije antes”

En qué momento me utilizo para hacer mover sus fichas, no lo sé.  ¿Era yo  la excusa perfecta para emplear el tiempo en que su víctima demoro en acercarse? Lejos de dejarme un signo de interrogación en la cara, me dejo una sonrisa picara que encierra todo un nuevo conocimiento. En su tablero yo era la pieza clave para el jaque.

Parcialmente me veo en la necesidad de dirigir mis esfuerzos de retención en tratar de recolectar eficazmente posible, todas las confabulaciones necesarias en el campo minado de l’amour. En la guerra mueres, pero en el otro terreno, muere tu pecho en una batalla sin armas ni granadas, sin embargo terminas mas lastimado que cien bombas nucleares frente a tu puerta. Esa noche yo andaba cabizbajo, taciturno y auto-aislado. Pero su conversación me cambio el juego y anote un gol a la distracción.

No necesito irme con rodeos. Mi superávit de tiempo podría donárselo a lanzarme en paracaídas desde mi mente voladora.  Pero aquella noche esa cantidad descomunal de lapso inútil la dedique al ocio de una mente vacía como la de ella. Al principio pretendí escuchar sus voces pedantes de la  experiencia,  pero en realidad terminé escuchando un cerebro con vacantes para neuronas. Quien necesita  embocadas y artimañas a delivery. Si todo lo que necesito para conocer a alguien es abrir mi mente hasta el tope y ser lo que tengo que ser”Yo”. Aquí no hay anécdota que valga. Nada como el dulce existir  de tu propio momento, sin importar estropearlo. Vivir para contar es una filosofía que  me funciona sobremanera.  Y si lo dudas, ve habla con ella. 

#G
Anoche, Gercar lo dijo

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