PADRE, HE PECADO
Oh padre he pecado, he vuelto a morder el carnal anzuelo de mis tentaciones. Bese a dos o tres labios de diferentes destinos en una sola noche, en una misma cama. Todas las penitencias siguen esperando en el fondo del bolsillo con agujeros. Mis piernas se niegan a arrodillarse. El agua me hiere. El eco me acosa. Las imágenes me señalan y los perros todos me ladran. La atmosfera se esfuerza para quitarme el aire.
Mi cama sigue destendida. Mi ropa haciendo montañas en mi habitación. Mis vidrios están llenos de polvo callejero y todas mis medias siguen sin lavar al igual que los platos después de la cena. Mi carne esta sucia. Mi espejo renunció. Estoy en el colapso de buenas intenciones que ya me sacaron la vuelta. Sigo amaneciendo a las 12 del mediodía y aun así tengo más sueño.
Oh padre he pecado. He renegado de mi génesis, de mi apocalipsis aun distante. He tratado de buscar un éxodo de esta situación pero aun no encuentro el Moisés perfecto para que me enseñe algún mandamiento nuevo quizás el doceavo que no se encuentre en los libros.
Oh padre, sigo diseñando planos complejos pero nunca coloco el primer ladrillo para reconstruir mis escombros del sábado por la noche, todos los domingos en la mañana.
Oh padre, sigo diseñando planos complejos pero nunca coloco el primer ladrillo para reconstruir mis escombros del sábado por la noche, todos los domingos en la mañana.
Tengo veintidós años y tontamente pensé que ya lo había vivido todo, pensé que desde los veinte había empezado a girar el disco a mil revoluciones, y que ya acabo. Me equivoque. Aun me faltan nuevos continentes que descubrir en mi mundo de una sola isla, que en tamaño se limita a un trozo de tierra donde solo entro de pie, sin ninguna otra dirección que la nada misma. He pecado por pensar que eso era todo.
Oh padre, he pecado por depositar mis sueños en una cuenta de horros, endeudándome de imposibles. Ya no cometo errores, ahora los esquivo, no se a que dedicarme. Ya no tengo nada que cambiar.
Oh padre, a veces quisiera visitar tu tumba, pero esta a kilómetros de mi pereza. Dejarte las cartas del colegio que hacía en tu honor cada tercer domingo del sexto mes. Llenar de mármol los costados inertes y rociar de llanto como lluvia para las flores muertas. Correr por el laberinto de bloques secos y blancos que solo consiguen volverme diminuto ante tanta desolación que deja la visita a aquel paradero. Y recitarte los epitafios perfectos que quedaron en mi boca que callo. Y todo lo bueno que hiciste quedo de herencia para cualquiera menos para mí.
Oh padre he pecado pero no quiero disculparme, porque lo volveré a hacer inconscientemente o con toda la razón. Pero si oso a mentirte sin sangre en la cara, entonces seré un hombre totalmente hueco.
Pues padre no hay dios en mi cielo, ni diablo en el subsuelo, no hay nada más que la fe en mi camino, y tu nombre en mis pensamiento. Solo tú me trajiste a donde estoy ahora, y toda la suerte que tenido ha sido por tu mano que toca mi tacto y lo hace afortunado.
Eres tácitamente presente, no necesito verte. Solo creer que me escuchas cuando hablo. Oh padre no estás aquí hace 21 años. Estoy aquí hace 22. Si me enseñas donde encontrar el botón reset, lo reiniciaría todo, y si mis vivencias se pierden, sé que sabes como volverme a la luz, una luz que no esa divinidad de la que todos hablan, sin embargo corre dentro de mi a la velocidad de tí.
Pues padre no hay dios en mi cielo, ni diablo en el subsuelo, no hay nada más que la fe en mi camino, y tu nombre en mis pensamiento. Solo tú me trajiste a donde estoy ahora, y toda la suerte que tenido ha sido por tu mano que toca mi tacto y lo hace afortunado.
Eres tácitamente presente, no necesito verte. Solo creer que me escuchas cuando hablo. Oh padre no estás aquí hace 21 años. Estoy aquí hace 22. Si me enseñas donde encontrar el botón reset, lo reiniciaría todo, y si mis vivencias se pierden, sé que sabes como volverme a la luz, una luz que no esa divinidad de la que todos hablan, sin embargo corre dentro de mi a la velocidad de tí.
#G
Anoche, Gercar lo dijo
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