ESTUPIDEZ VS TRANQUILIDAD

Me sentía tan solo que, no me quedaba más remedio que, pensar en ti. Si estas leyendo esto, déjame advertirte que ahorita, o sea, solo right now, pienso en ti.  Porque no tengo nada que hacer y me dieron ganas de querer y ser querido. Eres la sensación más cercana, la última persona que quise. Te estoy sintiendo. 

Aunque no estés quiero que estés aquí, Pero cuando este lapsus brutus pase, simplemente  te pido elimines cada una de estas palabras de tu cabeza hueca, honda y profunda, llena de telarañas que buscan picar mi cabeza con venenos que solo atontan mi caminar, ademas de enredar mi lengua haciéndome tartamudear.

En caso me olvide prefiero decirlo ahora, ya no pienso ser un circo donde te sientas a reírte de mí; he decidido modificar mi mentalidad y mis juicios de siempre, convertirlos en sensatez y sentimientos fríos, dignos de una segunda era del hielo, porque ya no hay más agua que pueda rebasar mi paciencia y buen humor. He perdido tiempo persiguiéndote como a huellas de dinosaurios extintos sabiendo que nunca los iba a encontrar; he perdido mi tiempo queriéndote. 

Lo siento, pero yo no sirvo para decir:“sí”, a todo y sin preguntas. No me gusta ser sumiso mirando al piso, no me gusta seguir liricas ni ritmos ajenos al mío; me gusta sentirme un rebelde sin causa, pero cuando se trata de ti todas esa practicas se vuelven obsoletas. Y quedaba (en tiempo pasado) colgado y a tu disposición, no me arriesgo más.

"¿Qué me falta?" solia preguntarme yo mismo y es una pregunta alarmantemente estúpida y llena de autodestrucción. Antes quizá hubiera dicho; me falta esto y esto, y el otro, y aquello, con un innumerable coro de adjetivos calificativos peyorativos hacia mi persona que terminan con un mortal etcétera. Ahora que aprendí a cuidar bien de mí, como un árbol he madurado y no pienso torcerme de nuevo ni inclinarme hacia el lado oscuro, que es pensarte. Y, tengo que decirte; a mí no me falta nada pobre lombriz que eres. En cambio a ti te falta todo, las bolas y tu carencia de honestidad. 

Del amor al odio hay un paso y contigo yo ya tomé tres; puedo prescindir de ti. Tu amedrentamiento no me titubea ni un solo instante y tu presencia me sienta bien a lo lejos, el dejar de verte inter diario ha sido como una anestesia oportuna porque ya no podía más con mis males.

Aun así, no pude evitar preguntarme ¿Por qué seré tan estúpido? He estado en una ardua rehabilitación para dejar de pensarte, es más, llevaba sobrio de tu cuerpo adictivo como dos meses y hoy se me ocurrió pensarte; hoy recaí y debo pagar las consecuencias de mis actos siniestros, me he dado cuenta que sigo en este traspié, allá abajo en un agujero en mi camino llamado TÚ. 

Ahora estoy entre dos opciones, o bien puedo seguir tocando fondo por el camino del embriagarme de tu nombre girando en mis neuronas o podría respirar el manso e inofensivo aire alejando tu cara que estalla en mis ojos internos como un zoom constante. Esas son mis dos salidas, mi estupidez versus mi tranquilidad ¿A cuál le hago caso de las dos? Porque se siente feo pensar en ti #TheOne, mientras que tú estas en el otro lado y lo que menos pasa por tu mente en este momento es mi nombre girando en tus neuronas; mis pensamientos no merecen ser tuyos. 

Seguramente estas pensando en otro y esa es la mejor arma que me das para defenderme y detestarte; una tregua que me diste sin intención. ¿Para qué malgastar mis días pensando en ti? ¿Qué caso tiene? Me tuviste a dos milímetros de distancia  sin embargo me trataste como si fuéramos de universos distantes e hiciste de nuestros caminos, líneas paralelas que nunca fueron transversales, ni siquiera tangentes en un punto mínimo.

Si alguna vez en el fondo de mi estupidez tuve un pequeño átomo de esperanza que regresarías, este se debe extinguir hoy, porque la otra persona que mantiene tus pensamientos románticos ocupados regresará para ocupar el lugar al cual intenté postular pero mi curriculum estaba en decadencia y “sin experiencia no sirves”. Es como una patada en los “eso que ponen las gallinas”; un golpe bajo que me hace reaccionar.

Felizmente no te convertiste en bacteria, de otra forma hubieses infectado mi sistema inmunológico y estaría quebrándome sin cesar. En mi piano el “Sol” es cada vez menor y menor, el “Fa” pasa fugaz lleno de una mente brillante que atina a detener la ruleta en tu foto y por retenerte desearía usar un “Si” mayor, pero debo optar por el “Re” y rechazar tu cara en mis ojos cerrados. Es toda una lucha de cuerpos pesados, porque mi estupidez está segura de ganar, pero no le doy chance, en este caso estoy del lado de mi tranquilidad y, como un  sumo de lucha, la empujó fuera del círculo de manera que me devuelva la calma.

Le daré luz verde a mi tranquilidad porque me mantiene firme al suelo. Estaba con una  venda y tu carisma era el imán más potente; derretí todo a mí alrededor porque yo decido de ahora en adelante. Te me caiste como las piezas de un jenga con solo un movimiento (tu indiferencia) desarmaste todo mi cariño.

El tren seré y tu una de las estaciones; te pasaré de alto. Serás el barco que mi faro no querrá guiar, y si me es posible te hundiré en mi niebla olvidadiza. Finalmente, y cabe recalcar, si estás leyendo esto, quiero que sepas que estas en el último rincón de mi mente sin recuerdos, seguiré en mi catarsis, visitando a mi terapista; no voy a desmejorar. Si decido volver a poner tu cara frente a la mía, haré como si nada hubiera pasado, porque en teoría nada ha pasado, porque no me diste la oportunidad que pasara. 

Adios. 

PS. Hipotéticamente pensamos que podríamos tenerlo todo y basta llorar para saber que la resignación esta a la vuelta de la esquina. Si luchas contra lo que no está escrito en piedra, entonces la masacre será sin precedentes. Me di cuenta de que aunque este muy enamorado de ti amigo mío, no significa que tú también lo estarás. No por ser amigo de dios significa que te vas a ganar el cielo, cuesta. 

 Por Carlos Gerzon

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