7 PECADOS LITERALES...
Debo empezar diciendo que “Aquellos que entren aquí deben perder toda esperanza” o al menos toda consciencia, porque no hay lugar para el pecado con remordimiento en abril. Una vez más el año nos regala feriados para la posteridad que serán contados con tanta meticulosidad que pensaremos que nos transportamos, y vaya que lo hacemos. Evidentemente hay muchas versiones. En cada una de ellas la historia va evolucionando y nunca suena como a la primera vez que la contaste. Y por supuesto, también hay cosas que nunca contamos…
La denominada “semana diabla” empezó con el plan mas macabro que se le puede hacer a alguien. Pónganse cómodos y de rodillas, porque tenéis que confesar tus pecados como yo, en el nombre del raje, vino (o ron), espíritu inquieto y padre he pecado:
Pecado 1: Falacias
Existen en un día 1440 minutos, y fue más o menos en el minuto número 666 (10 y algo de la mañana) en que le dije claramente al oído satánico matutino de mi progenitora que saldría con mis amigos a algún lugar de los balnearios sureños, aquella fue la falacia que me hizo la semana. Empaque no más de 9 artículos: un polo, un par de jeans, un perfume, cepillo, sandalias, bloqueador, iPod, blackberry y la palabra “pecado original” en mis sesos que pesaban más que una cruz en la espalda.
Pecado 2: Excesos
Ese día era jueves de abril, uno que dicen es “santo”. No es cierto. Ese día me escape de la casa con un rumbo en mente. No tuve que descender al infierno, pues apenas llegue a la casa de mi mejor amiga, la María Magdalena del alcohol, Rafaela. Sabía que toda esperanza de portarme bien se iría al cruzar el pórtico de su terraza.
Destapamos el cuerpo con ron y latitas. Usamos humos para decorar el aire y bebimos como agua bendita el alcohol. Consumamos la ceremonia con los excesos de la risa. Empezamos siendo solamente cinco apóstoles, todos perfectamente bautizados. Por momentos fueron llegando las demás ovejas descarriadas. La visita no podría faltar, invitados de no-lujo pero divertidos. El hijo prodigo, un amigo que este caso representa a Judas. También llego tarde a pesar de que antes no saco la vuelta con sus amigos de la universidad. Finalmente éramos sin querer queriendo doce apóstoles y yo. Hicimos de la noche la primera cena versión toxica. Pero no era la última, esto apenas empezaba.
Pecado 3: Disfuerzos
No soy muy bromista. Pero aquella noche me sentí la divina comedia personificada y me gustaba. Hasta que llegó el amigo de un amigo que no es mi amigo pero empezaba a serlo, el individuo salido de un éxodo hilarante, con mas disfuerzos que los míos me quería robar el show. En celos me vi. Pero fue divertido discutir mis bromas contras las suyas, siendo el ganado solamente yo, y en señal de disculpa el fulano me ofreció ofrendas. Tenía para elegir entre vino y carne (mas trago o algo mas) Así es. Cada vez mas descendíamos al mundo de Hades donde no recibiríamos castigo por ser malos, todo lo contrario, habría más pecados literales… y los demonios saltaban de contentos por nuestros arroches. Obviamente yo tenía que disforzar un poco para no caer en tentación tan rápido…
Pecado 4: Lujuria
En un abrir y cerrar los ojos, estábamos en el auto del amigo de Rafa, rumbo a la “tierra prometida”, donde las pirámides se vislumbraban desde la ventana pero en su forma urbana, edificios altos. Finalmente llegaba la hora de la crucifixión. La victima trato de morir lo antes posible. Se sintió rey con la corona de espinas que solo lo hacían más tentador. Poncio Pilatos tomo forma en el amigo de mi amiga y ofreció a la víctima, lavándose las manos por eso…
Entramos a la arquitectura de muchos pisos. En vez de látigos la víctima recibió vasos llenos. En vez de cargar una cruz, cargaba la lujuria más inadvertida. Exclamaba: “Oh Madre perdóname porque no sabes dónde estoy….”, “Tengo sed… me sirves más?”, y a sus amigos les decia: “ No se preocupen que esta noche ustedes se irán y yo me quedare en el paraíso…”, “Madre he ahí tu hijo , hijo no le cuentes nada de esta noche a tu madre”. Cuando se fueron y la victima se quedo solo con el mismísimo Lucifer, exclamó: “Amigos, amigos porque me han desamparado”. Luego de varias palabras la víctima y su victimario, mordieron la manzana, y volvieron a la época donde la desnudez era de todos los días como en el Edén. Sudaron en silencio, hasta que el amanecer toco las primeras horas del llamado viernes santo. El “arca de Noe” que no era otra cosa más que el baño, se abrió como un sarcófago dejando salir a los dos animales que dieron rienda suelta a lo que sea que fue. La víctima en voz bajo y quizás en su twitter posteó: “Todo está consumado”. Mientras el cuerpo del victimario que más bien fue héroe, se recostó sobre el mueble y durmió para mí que el sueño eterno. Finalmente la víctima salió de ese lugar donde rebotaba el apocalipsis, sin nada más que el sol y la mañana sin rumbo ni lugar a donde ir solo podía decir su última frase: “Calle, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Pecado 5: Intrigas
Llegue a casa de mi amigo, y recosté mis restos hasta el atardecer. Era el viernes y no faltaba mucho para que la peste cayera sobre nosotros. La noche, se asomo poco a poco y como el arbusto en llamas nos ordeno que fuéramos a chupar con los apóstoles sobrevivientes al lugar más remoto, cruzando el mar rojo que en esta ciudad viene a ser el tráfico infernal lleno de semáforos submarinos. Mi cara dibujo una sonrisa de mona lisa cuando nos encontramos con nuevos testigos del diablo que estaban dispuestos a convidarnos de su cáliz etílico. A estas alturas ya estábamos más cerca que nunca de la octava prisión del infierno de Dante tomamos todo el licor en medio del calor restante del verano que aun se resistía a abandonarnos. Quería salir, era mejor salir porque si no mi cuerpo haría combustión en cualquier momento. El amigo de mi amiga tuvo un plan y me gusto solo era cuestión de esperar que el trago se agote. Pero pronto quedaría helado cuando los planes tomaron otro rumbo. Usando las intrigas intente por todos los medios mover al pueblo pero nadie oyó. Todos bebían. Y mis conocimientos amateurs de titiritero no pudieron mover los hilos de nadie así que nadie obedeció mis dos únicos mandamientos “salgamos” “juergueemos”.
Rafaela, el amigo y los nuevos apóstoles, estaban en un plan bastante divertido. Charadas llenaron cada rincón de la habitación. Y cada uno de nosotros tenía escrito en su frente, su destino. Creí yo que llegaría a la tierra prometida nuevamente, me di con la sorpresa que el faraón en forma del “aguafiestas” cambió los planes y nos retuvo en su Egipto que no estaba mal pero yo quería ver el calvario nuevamente…
Pecado 6: Polémicas
Al día siguiente amanecía más que nunca el viernes con un sol que parecían dos, comparables a la luz de la creación. Era el amanecer de los lamentos para mí, un poco con efecto retardado, pues lo de la madrugada del viernes me había dejado un sinsabor que recién comprendí aquella mañana de sábado de gloria, donde el hechizo aun zumbaba como un mosquito y me dejaba una idea.
Regrese a mi casa para encontrarla vacía, perfectamente lista para la ultima cena versión 3.0. Así que mande a mis ángeles a que conciban el pecado a mis amigos apóstoles repartidos por toda Lima de Nazaret. Y ellos fueron llegando a mi última morada, el infierno más mortal, a Cositos, a mi hogar. Todos los santos fueron tocando sus arpas llenas de rock. Y la ostia en mi ceremonia consistía en una letal jelly shoot de ron blanco, como bienvenida. Si pasabas esa prueba podías entrar a mi paraíso.
Las ofrendas quedaban pendientes. Pero don diablo se ha escapado y estaba quemándonos con su trinche alcohólico, he hicimos de mi mesa un autentico becerro de oro que ofrecía todas las sustancias necesarias para pecar. Pero como en el infierno no hay amigos todos empezaron a perder la cordura. Empezaron las polémicas, primero sonsas. “Baja el volumen, los vecinos” “no hay trago se acabo” “yo no pongo mas” “tengo sueño” “ya no juego (charada)”. Si bien es cierto el licor puede volver a dos extraños en dos buenos amigos, también puede volver a dos buenos amigos en enemigos, soltando todo eso que sobrios no decimos. Todos son unos falsos. Y fue empeorando, cuando quedamos solo 5 apóstoles sobrevivientes. Entonces en medio de mi desvarió solo había una forma de continuar…
Pecado 7: Poppers
Respire profundo para calmar. Tenía que salir de ahí, juerga externa. Deje a mi amiga, mi amigo y el amigo en mi posada, mientras yo bajo efecto estupefacto me llene de disfuerzo y desenfado. Me sentí tan omnipotente que nuevamente quería besar la “tierra prometida”… el ultimo apóstol y yo subimos a su auto y fuimos al ataque. Pero no hubo batallas solo más muertes incluyendo la mía. Me rio en la situación.
Llegamos a la fiesta de un amigo de mi amigo. Desde que el auto doblo esa esquina que ya me parecía familiar, mi nariz saco la lengua para saborear el letal aroma one more time…. A escondidas. Me volvió a zombi, me volvió ido, me volvió un cordero. Ya no la hacía a lo tipo nada mas. Sentí que la cara se me caería en cualquier momento. Estaba frente a los dos jueces del infierno en esa fiesta. Encontré la manzana de la discordia, pero podrida. Cuando salimos, mi apóstol se retiro a sus aposentos y yo a mi hogar que estaba hecho Sodoma y Gomorra.
En el camino me desvarié, llame a todos y nadie respondía. Me encontré con alguien en la calle, una vieja amistad. Pero no recuerdo nada con certeza quizás mas tarde lo haga. Aunque me vuelve a la cabeza un beso, de Judas, quizás… esto nadie lo sabe...eventualmente recordare a quien bese en mi regreso a casa.
...
Cuando llegue a mi casa, mi mejor amigo dormía y otros dos andaban en la sala, caí directo a mi cama y me desprendí de mis ropas listo para dormir por la eternidad. Pero el hedor del narcótico seguía en mi sangre. Escuchaba gritos de ultratumba (amigos necios) y flashes de cámaras indiscretas que colmaron el facebook con mi muerte sobre mi cama en bóxers mientras mis ronquidos daban los primeros acordes al domingo de mi resurrección…
Rafaela, mi amigo y yo los únicos santos sagrados sobrevivimos a la furia de la noche anterior como orden de los dioses olímpicos que intentaron hacernos migajas para su banquete de semana diabla. Fueron excesos, disfuerzos, lujuria, intrigas, falacias, polémicas, poppers… Pecados "literales", en realidad toque fondo. Los días santos fueron días de perro viéndolo con madurez. Fue un dulce infierno dantesco del cual ahora me encuentro purgando hasta alcanzar el cielo, "a la saga de Zeus" como me entenderán algunos. Es momento de terminar mi confesión:
“Esa selva oscura (jueves santo) me succiono toda la sangre, es necesaria una transfusión de buenos modales ahora. Me quedan muchas oportunidades para cambiar y arrepentirme de mi pecado, Padre. Sé que merezco todos los castigos sobre estos vuestros ojos. He vivido desde mi inicio, 8508 días y aun me quedan más para recibir mi lección. Ser bueno no significa ser aburrido, y si en algún momento mi cambio es sinónimo de recato, mesura y control… sepan que nadie me quitara lo bailado por los siglos de los siglos, Amen”.
#G
Anoche, Gercar lo dijo
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