PÉRDIDAS IRREPARABLES primera parte

Nada está en su sitio ahora, duele hasta lo que no tiene nervios. Por más que he intentado hasta hora no he podido remover la estaca de mi pecho y el cuchillo de mi espalda.  Ya no lloro porque me gana la ira, ya no me enojo por que me gana la decepción.

No quiero odiarte, pero estas haciendo de ese trabajo algo tan fácil. ¿Puede alguien olvidar a alguien a quien creía que era la pieza perfecta para un rompecabezas que parecía no tenía solución?

Quizá esto es solo como tú siempre dices "un berrinche", aún así no creo que tengas justificación a la falta cometida ¿Alguna vez tu amigo que veías casi como hermano te cambia sin pensarlo dos veces por alguien que recién conoce por un día?

No vi venir esa bala, ni Judas fue tan feroz con Jesús. Siempre supe que nuestra amistad estaba podrida por una serie de eventos desafortunados del pasado que al parecer nunca me perdonaste y, ahora con conocimiento de causa te digo que cuando un amigo te falla de esta manera, duele. Duele más que un dolor de muela, más que una apendicitis, más que una quemadura del sol por no usar bloqueador. Siento en carne viva lo que probablemente sentiste en su momento. Así somos los humanos, reaccionamos ante situaciones extremas y el karma sabe en qué momento hará jaque mate. Lo entiendo, recién ahora. 

Lo que no entiendo es cómo pudiste hacerme lo mismo. Sabiendo lo que para mí significaba ese individuo que ahora no puedo ni digerir su nombre. Es verdad que parte de la culpa la tengo yo. Cuando él me dijo en claro, en mayúsculas y en high definition que “amigos simplemente amigos y nada más”… debí simplemente coger mis emociones y salir. 

Creo que olvidaste nuestro mandamiento “No te involucraras con el ex de tu amigo ni con alguien que signifique mucho para tu amigo”… esa regla tú la creaste. Cuando sucedió, más que una regla fue una advertencia y pobre de mí si la rompía.

Podrás decirle a todo el mundo que te enamoraste, que estas emocionado e ilusionado. No lo dudo porque sino, no habrías arriesgado nuestra amistad,  pero antes de que naciera ese entusiasmo, tu sabias de quien se trataba y no te molestaste en contarme nada. Actuaste a mis espaldas como una serpiente.

No me pidas que entienda. No puedo, ni aquí ni en China ni en Saturno. Tú sabes lo mal que estas, aunque le digas a todo el mundo que no le ves “nada de malo”. Eso ni tú te lo crees, pero, ahora que lo veo, hace tiempo que nuestra amistad se veía fresh por fuera pero podrida por dentro. Llena de resentimientos, desconfianza, celos, envidias y más joyas. 

Aquí el problema no es él, eres tú. Tú y tu decisión, sabiendo todo lo que esta bomba iba a destruir. Podria vengarme. Tú sabes que tengo en mis manos el arma letal que te hará venir llorando de rodillas a pedirme disculpas, pero no lo haré. (Aunque mis estados de ánimos son más volátiles que la Bolsa de valores, así que no respondo por mis arranques de histeria).

No quiero ser como tú y no digas que exagero, tu sabes bien que hace cuatro años si yo hubiera salido con “Voldemort” (el innombrable) me habrías crucificado en el cerro San Cristóbal y maldecido hasta que se me caigan las orejas.  Tu sabes que si yo hubiera actuado como tú ahora lo haces, harías lo mismo que yo. No me hubieras perdonado nunca.

Te conozco tan bien que sé que ahorita sigues pensando que estas bien que no has hecho nada malo. El tiempo te demostrara lo contrario, más te vale que conserves lo que conseguiste, porque cuando te quedes sin soga y sin cabra...

Todos saben que lo que hiciste no tiene justificaciones.  No solo cagaste nuestra amistad, cagaste una comunidad (CC). Para variar solo pensaste en ti y tus emociones pasajeras porque todos sabemos cómo eres.

No quiero saber nada de ti y no creo que te duela. Ya abrí los ojos, ahora te veo como debí verte como cuando peleábamos por tonterías. Y otras personas me decían “un amigo no hace eso”, pero yo quería creer que tú me querías a tu manera.

¿Crees que exagero?  Solo te pido que recuerdes como te sentiste hace cuatro años cuando paso lo del “innombrable” y que pienses como te hubieras sentido si yo hubiera hecho lo que estás haciendo tú ahora.

No hay marcha atrás. No te deseo nada malo, porque quiero ser diferente a toda la mierda que me ha rodeado y tú sabes que hace poco había perdido a un amigo, ahora la cifra incrementa. Llámalo Karma, lo acepto, a todos nos cae… más te vale que consigas un buen paraguas. 

PS. Por cada momento de alegría que tengas hay un pedazo de mi pecho cayendo al piso. Como gotera de la cañería que has roto. Me queda mi buen humor.  No creo que encuentres otro G.

 Por Carlos Gerzon

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