CUANDO TODO ES PERFECTO, HUYE

Anoche me quede a dormir en su casa nuevamente. Me inventé dos excusas para poder verlo. La primera para mi papá “me voy a la playa con mis amigos” y la segunda para mis amigos “mi papá no me dejo salir”.  

No está bien. Sé que no está bien. ¿Cuándo ha estado bien quedarse en la casa de alguien que apenas conoces? Un mes no es mucho tiempo. Pero un amigo me dijo que no importa la cantidad de tiempo sino la calidad de tiempo que pasas con esas personas nuevas que llegan a tu vida y te la sacuden.

No considero que me guste el peligro pero no puedo evitar hacer este tipo de cosas.  

Anoche después de hacerlo en la ducha, tenía el cabello mojado a pesar de que mi cuerpo ya estaba seco.  Prendimos la radio y alternábamos el iphone con mis canciones raras y sus eurodance psicodélicos.

Hago comentarios tan tontos a veces que su risa hacía eco.  También me hacia reír de vez en cuando. Le gusto, creo que le gusto. Porque cada vez que había un silencio me daba un beso en la frente, lindo no?

Sus ojos son sexys, no el color ni la forma, es la mirada. Es como si su mirada tuviera el poder para venirme sin tocarme. Todo era perfecto, ni las películas podrán jamás. Sentí que mi fin de semana a su lado era una infinidad de fotos en pinterest.

Podía escuchar todos los sonidos de mi celular hasta el sonido del modo vibrar, todos me escribían o me llaman. Yo solo tenía ganas de estar en un solo lugar. En la calle 24 de algún rincón miraflorino donde estaba su departamento.

No era la primera que estaba ahí. Creo que esta fue la cuarta vez y quiero que existan más veces. O al menos quería que existieran más veces hasta que se levantó a la cocina a traer más pop corn y su celular vibraba. Mi intención no era mirar me asomé sin querer solo para leer “amor no te olvides mañana temprano en el aeropuerto, llegaré un poco antes”.

Regresó y se recostó a mi lado. Mi dio un beso en la boca y cambió de música. Agarró el celular y lo apagó. Me miro y lo miré:

-  ¿Tienes novio?

-  Si.

Por Carlos Gerzon