LOS GUAPOS NO NECESITAN GEL parte 2

Me seguía repitiendo lo mismo y con la misma frustración. Yo sé que es difícil discutir con una mujer, pues uno siempre sale perdiendo. Son complicadas (no todas, pero la de esa noche, sí que lo era) 

¿Quién es ella? 

Realmente me molestó que interrumpiera de la manera más grosera mi conversación.

Pero la pregunta que más quería resolver esa noche es ¿Quién era él? 

Tenía que saberlo pero esta intrusa que me robó el tequila también quería robarme mi distracción de una noche que estaba volviéndose curiosamente interesante.

Me quedé inmóvil al mismo tiempo que deseaba que sus zapatos de tacón se atoren entre las rejillas del piso desnivelado  y pudiera irse cargada por los de seguridad a la puerta.

“Eres muy guapo, tomemos otra ronda” - le decía ella a mi amigo.

“No gracias. Estoy ocupado”-  le dijo él a ella.

Ella meneo su cabello en cámara lenta como comercial de champú hecho por un estudiante de audiovisuales que está empezando a hacer sus primeros intentos de grabación.

“Vamos a bailar” - le dijo, y lo jaló del brazo desde su asiento mientras yo le pedía al mozo dos shots de tequila.

Él se rió y la agarró de los brazos como cuando estas a punto de besar a alguien. Yo miraba los ojos de él cuando la miraba a ella, no entendía nada, pero una cosa si era clara, sentí que yo estaba de más ahí; y era mejor que me vaya sin siquiera decir “chau fue un gusto” .

Por dentro esto se traduciría en “Chau, diviértete con tu amiguita, me haces perder el tiempo y yo tratando de ver hasta donde llegaba esto….”

“Te alcanzo en un rato espérame allá”-  le dijo él a ella.

“Donde? Allá?”- preguntó ella señalando la pista donde aún quedaba algunos humanos bailando a ritmos decadentes.

“No, afuera, salgo en una hora probablemente en dos” - dijo él. 

Ella lo miró de una manera desagradable, mostrándole su desprecio por el rechazo recibido. Meneo su cabello una vez y se fue.

Pude ver que él se acomodaba el cabello nuevamente hacia arriba. Me acerqué de nuevo y le alcancé uno de los shots que compré, él seguía acomodándose el copete como si la visita de la chica hubiera sido un huracán que arruinó su peinado perfecto y  me dijo:

“No es mi culpa ser tan guapo, a veces quisiera ser feo y saber que se siente que no me miren tanto, me incomoda, no sé cómo hacer para que se alejen de mí. Me agota que me digan que lindos ojos tengo y sobre todo que lindo tu pelo.  Pero ¿que puedo hacer?” 

Y antes de levantar su trago para brindar me despeinó nuevamente con una palmada.

Su actitud era igual a la de la chica, petulante y antipática. Todo el interés que pudo desatar en mí se desvaneció como ella cuando se fue meneando su pelo. Pensé que, tal vez sería mejor irme al igual que ella a esperar afuera a que pasé un taxi y regresar a casa. Él trataba inútilmente de acomodar su pelo. "Esta huevona me lo despeinó todo" se lamentaba. Y yo me puse de pie y caminé hacia la salida.

"Ya te vas" - preguntó él algo sorprendido. "Aun no nos tomamos el tequila".

Volteé lo miré extrañado y regrese a su lado. 

“Los guapos no necesitan gel, trata de no peinarte tanto la próxima vez.  No te preocupes que no todos se mueren por ti”. 

Luego de decirle eso, agarré el tequila me lo tomé sin sal sin limón y sin brindar, me di una palma en mi cerquillo mal peinado y me fui.

Por Carlos Gerzon