ME ENAMORÉ EN UN STARBUCKS
Y mi amiga me lo advirtió.
- "No pierdas el tiempo, no va a suceder”.
¡Pero que sabe ella! ¡No quiero consejos! Los consejos son aguafiestas, lo arruinan todo.
- "No pierdas el tiempo, no va a suceder”.
¡Pero que sabe ella! ¡No quiero consejos! Los consejos son aguafiestas, lo arruinan todo.
¿Acaso Adán necesito semanas o meses para enamorarse de Eva? (empecé a sustentar mi reproche). Eso fue amor a primera vista, no necesitaron nada. Eva, desnudó sus sentimientos, tanto como su cuerpo. No tuvo necesidad de explicarle nada ni ponerle título a lo que tuvo con Adán. No hubo necesidad de decirle “¿Que somos? ¿Que sientes por mí?"
Eva solo lo demostraba. No le puso reglas. Y lo mejor de todo, es que nadie les dio “consejos” de amor. Nadie interrumpió. El amor simplemente fluyó.
Eva solo lo demostraba. No le puso reglas. Y lo mejor de todo, es que nadie les dio “consejos” de amor. Nadie interrumpió. El amor simplemente fluyó.
- Y eso haré ahora mismo amiga. Voy a expresarme- Le respondí.
Solo estoy expresando lo primero que sentí y pensé cuando me acerqué a la caja por mi pedido y él me sonreía. Aunque le sonría a todos los clientes, no importa.
Solo estoy expresando lo primero que sentí y pensé cuando me acerqué a la caja por mi pedido y él me sonreía. Aunque le sonría a todos los clientes, no importa.
Gracias por advertirme amiga mía ¡Pero caramba, déjame divertirme!
Me gusta el chico de Starbucks, tiene los ojos brillantes y conversamos brevemente de algo que no tenia nada que ver con mi pedido. Es atracción a primera vista. Su campo magnético es potente. Me siento atraído como una tachuela frente a tremendo imán (tu sabes). Yo me quedaría pegado un buen rato.
Me gusta el chico de Starbucks, tiene los ojos brillantes y conversamos brevemente de algo que no tenia nada que ver con mi pedido. Es atracción a primera vista. Su campo magnético es potente. Me siento atraído como una tachuela frente a tremendo imán (tu sabes). Yo me quedaría pegado un buen rato.
Ella insistió en rescatarme, mientras me llevaba de las orejas a la terraza. El chico volvió a gritar mi nombre porque olvide el muffin de plátano en la barra. Sonrisas van y sonrisas vienen. No llevaba puesto su nombre en el pecho como los demás.
Mi amiga se preocupo por mí. ¿Por qué?
¿Por qué tenemos que justificar nuestras emociones? Se supone que son espontáneas. Ahora tengo el caño abierto. Deja que corra el agua, amiga.
- Déjame contarte todo lo que haría con el barista.
- ¡Suficiente! Mejor nos vamos- dijo ella
Mi amiga se preocupo por mí. ¿Por qué?
¿Por qué tenemos que justificar nuestras emociones? Se supone que son espontáneas. Ahora tengo el caño abierto. Deja que corra el agua, amiga.
- Déjame contarte todo lo que haría con el barista.
- ¡Suficiente! Mejor nos vamos- dijo ella
- ¡No quiero irme de Starbucks aún! Déjame quedarme ¿Cuál es la prisa? Quiero contemplarlo un rato más. Quiero rozar mi cara por su barba y quiero lamer una de sus orejas. Su cuello es sexy.
No tiene músculos, pero los vellos en sus brazos lo hacen bello. Y lo más importante, amiga: tiene pecas. Tú sabes que pocas cosas me enloquecen. Las pecas son una de esas cosas. Son mi debilidad.
Te cuento un secreto, quiero llevarlo al baño y bajarle los pantalones, quiero que se quede solo con el mandil verde puesto. Que se forme la carpa y deslizarme bajo esas telas. Besar profundamente hasta que termine su turno y cambie de horario.
Quiero que me embarre en su crema chantilly. Quiero besarlo a la velocidad en la que un zombi devora a una persona, con ese mismo hambre y concentración.
Estoy enamorado a primera vista, y el amor no tiene que ser siempre dulce y puro. Puede ser excitante, sucio y lascivo. No importa que no sepa mi nombre, de hecho si lo sabe, aunque lo haya escrito mal en el vaso del late.
Me gustaría que el chico que atiende el Starbucks tuviera los mismos pensamientos salvajes como los míos. Es probable que no, amiga. Pero déjame contemplarlo un rato más, que él no sabe nada.
La vida sería más sencilla si pudiéramos enamorarnos de la nada. Sin explicarlo. Solo hacerlo. Hacer amor. Discúlpame amiga, por decir tantos disparates, pero en unos momentos cruzaremos esa puerta y nos iremos, y todo este encanto desaparecerá. Así que no, no te cuesta nada escucharme. Pediré otro late, esta vez podría sacarle más que una sonrisa...
- ¿Por qué estas tan seguro? Hablas como si fuera probable - objetó ella.
- Porque siempre hay chicos con la misma mirada que tiene él. Dispuestos a seguir el juego. A mi me gusta jalar el hilo y conocer que tan lejos llegan.
- Hola, dame otro late por favor.
Fin.
- ¿Por qué estas tan seguro? Hablas como si fuera probable - objetó ella.
- Porque siempre hay chicos con la misma mirada que tiene él. Dispuestos a seguir el juego. A mi me gusta jalar el hilo y conocer que tan lejos llegan.
- Hola, dame otro late por favor.
Fin.
Instagram: @elchicodelbusblog
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