LA TEORÍA DE LA CUCHARA
¿Saldrías con alguien que sigue siendo amigo de su ex? Me preguntaba una amiga mientras exprimía los limones para el chilcano.
Sería más incómodo que un zapato con dos tallas menos y tan raro como un político que se hace millonario de la noche a la mañana.
Es como su record de antecedentes, no puedes borrarlo. Es una cicatriz que quedara marcada siempre. Parte de su biografía, la cual revisas, como una entrevista laboral, antes de dejar entrar a alguien a tu empresa, debes revisar su CV, sus logros y fracasos. Y si el candidato es perfecto, lo contratas.
Ya se nos habían pasado las copas, y entre risas, ella me habló de la teoría de la cuchara. Y no me refiero a dormir de cucharita, esta teoría es algo diferente…
Ella dice que las personas que conoces son como cucharas de un restaurante, no puedes esperar que no se haya usado antes. Han pasado por muchas bocas y manos antes que tu. Es así. No se va a fabricar una cuchara nueva solo para que te sientes conforme. No puedes cambiar de donde viene y lo que ha pasado.
Entonces le respondí, con la teoría del papel higiénico (una que acabo de invéntame gracias a los 5 vasos de chilcanos) una vez usado nadie más lo usa.
Nos reímos a morir. Pero en el fondo ambos llegamos a un acuerdo. Y aplicamos la teoría de la cuchara. Aceptamos la cuchara usada, no importa si ha pasado por mil bocas, ahora está en tus manos y puedes comer el postre.
No podemos esperar que las personas lleguen a nuestra vida de manera perfecta e intactas. Nuevas como recién sacadas del paquete. Tenemos que tolerar y entender, en la medida de lo posible, su pasado, aunque nunca terminamos de conocerlo del todo…
Por Carlos Gerzon
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