EL CHICO DEL BUS Cap. #10 COLOQUIO EN SUS SÁBANAS


Mis manos se clavaron en su espalda y reclamaban su piel. Me llevó hasta su cama y decidí darle tregua a mi indiferencia. Me deslicé hasta sus piernas mientras mi boca dejaba rastro en el camino. Él mantuvo sus manos ocupadas. 

-        Ya no estás enojado -  Aseguró H, mientras me besaba el cuello.

No quise entender nada, ni darme cuenta de lo que estaba haciendo. Lo único que tuve claro en ese momento es seguir hasta las últimas consecuencias. 

Ya las conozco. Sé que esta será la última vez. 

No comenté. No quise perder el compás entre la cama y él. Cerré mis ojos y le permití hacer lo que quisiese. 

H, es más descarado de lo que pensé.

Y justo cuando creí que estaba pensando en voz alta, en realidad, lo estaba diciendo en voz baja, y H me oyó.

-        Me encanta que hable tu despecho - dijo él. 

Me percaté cómo se excitaba con mi odio-amor. Una yuxtaposición de la cual ambos sacábamos provecho. Todo lo que podría decirle, será como un lubricante para él. Estimulante.

-        Eres peor de lo que pensé, tu lengua debería dedicarse solo a besar y hacer eso que haces ahorita mismo allá abajo. Es lo único que sabes hacer bien, en lugar de decir mentiras y sembrar promesas. 

Mientras dije eso, escalaba hasta encima de él y me entregaba al placer. 

-        Esta es la razón por la que desapareciste del mapa- le dije mientras señalaba un portarretrato con la foto de ella. Y seguí hablándole:

-        Perverso, te escribí varias veces y no contestabas. No sabía cómo encontrarte, ni subiendo a varios buses iba a encontrar tu paradero.

De repente, me cogió por la espalda y me puso boca abajo contra la cama. Yo disfrutaba cada segundo de su cuerpo golpeando el mío, y seguí hablándole…

-     Antes no lo comprendía, ahora sí ¿sabes? Ni necesito preguntarte. Qué curioso.
-     ¿Qué? – preguntó H mientras me besaba los pezones.
-   Teniendo auto propio y la vida casi resuelta ¿Por qué tomas el bus? Me demoré en entenderlo, pero ahora sé que ese es tu modus operandi ¿Dónde más reclutarías a tus víctimas? En lugares donde nadie de tu circulo pueda verte ni reconocerte. Donde nadie sepa quién eres. Alejando todas las sospechas de ti. 
-    Qué interesante teoría G -  respondió. 
-   Que pequeño es el mundo amigo. Tu novia me contrata como fotógrafo. Y sabes que me dijo hoy, fue algo así: “Si las fotos quedan tan bien como pienso, podrías fotografiar mi boda”. Bonito novio que se consiguió, un chico de closet, un chico del bus. Bisexual o lo que fueses. 
-   No te olvides que del odio al amor hay un paso -  H remataba mis palabras,  seguido de una carcajada burlona y descarada. 

Cada gemido que provocaba en mí, era equivalente a un ítem más en la lista de decepciones. Poco a poco la imagen que tenia de él, iba distorsionándose. Mordí sus labios para detener su burla, pero luego lamí su cara. No pude contener todo ese deseo de tenerlo una vez dentro de mí.  

Finalmente acabamos, casi al mismo tiempo, y fue glorioso. 

Me derretí sobre su pecho y me deslicé hasta un lado de la cama y él hacia el otro. Callados durante segundos, parecía que no teníamos nada más que decirnos. 

Luego H se metió al baño a ducharse y yo fumé un cigarro. Me calmé. Estuve sereno. Cuando el salió de la ducha conversamos un poco. Pero luego todo comenzó a empeorar. Al punto que me levanté de la cama y me dirigí a su baño. Abrí la llave y comenzó a caer el agua de la ducha, traté inútilmente de sacar todo su ser sobre mí, como si el agua y el jabón pudieran lavar una cabeza llena de sentimientos encontrados.

Salí del baño y comencé a buscar mi ropa interior que H aventó por algún lugar. Poco a poco reuní todas mis prendas. Ensamblándome. Mientras mi ADN quedaba como un recuerdo en sus sabanas.

Me pregunto cuántos como yo habrán estado en esa cama. Cuantas historias. Todas llenas de traición.  Hoy se me cayó la venda de los ojos, y me siento culpable en cierto modo. He sido uno más en su lista. Soy un estúpido. 

Me dirigí hasta la puerta sin decirle nada, él me siguió. Antes de salir, revisé si tenía todo conmigo, no quería regresar a ese departamento nunca más.  Él sostenía la puerta. 

-        ¿No te olvidas nada? - Preguntó H haciendo el gesto de un beso. Como si lo que olvidase era despedirme cariñosamente de él. Estuve como derrotado, y le respondí con aire sarcástico. 
-        Solo mi dignidad.
-        Esa la perdiste hace tiempo -  respondió cobardemente. 

Me reí con aire de resignación, como cuando te das cuenta que no vale la pena discutir con un idiota como él.  Tuve esa sensación de haber perdido. Mientras esperaba el ascensor, supe que tenia que decirle todo lo que pienso. 

-        ¿Te vas a ir sin darme un último beso? - H me provocaba. Para él todo era una broma. 
-        Mi taxi me esta esperando- respondí tratando de no darle importancia. Pero no puedo fingir. Estoy herido. 

El ascensor llegó y estuve a punto de subir e irme. Pero alguien tenia que decirle algunas verdades.

-        ¿Sabes una cosa? Cuando elijes este camino, no hay marcha atrás. Tu crees que tienes la situación controlada, pero es todo lo contrario. Cuando menos te imagines estarás rodeado de encuentros clandestinos y cuidándote de no ser descubierto, jamás aceptaras quien eres. No amigo, no engañas a nadie, salvo a ti mismo.  No mereces ni a un hombre ni a una mujer.  Lo más probable es que termines solo, confundido y desesperado, cuando no sepas que es lo que quieres realmente. 

H se quedó callado, sus dientes parecían que trituraban algo, pero solo eran las palabras de rabia y frustración que no podía soltar.

Finalmente subí al ascensor y antes de que este se cerrara, él en su afán de tener la última palabra y lleno de frustración y enojo, solo pudo decir:

-        Toma tu taxi y vete.


Fin de la primera temporada.



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