SEGUNDAS OPORTUNIDADES


Su nombre era Renzo y al igual que yo estaba metido en el amplio y bastó mundo de la soledad la noche en que lo conocí por Grindr. Yo no tenía ganas de nada en especial, simplemente quería fumar un poco de weed con alguien que vive cerca y me haga compañía. Me pareció extraño porque nunca había visto su perfil cerca a donde vivo, pero esa noche lo encontré y decidí hablarle. Fue receptivo, cero arrecho y también quería fumar; su foto no estaba nada mal, así que lo cité en los asientos de media luna debajo de mi edifico.

No lo imaginaba tan alto cuando se acercó a mí, tenía el cabello rapado y la barba raspaba al contacto de las yemas de los dedos. Ambos mirábamos hacia el parque mientras el silencio incómodo decidía quien rompería el hielo. Fue él quien comenzó a contarme un poco más de su vida y fui descubriendo muchas cosas interesantes; edita libros, le encanta viajar y simpatiza rápidamente cuando lo escuchas hablar, pero solo eso porque físicamente parece de esos chicos rudos y patanes. Las apariencias aún engañan.

Sin querer y sin saberlo, Renzo hacía checks en mi lista de las cosas que busco en el hombre perfecto, o bueno, al menos lo más cercano a la perfección. Aún sigo idealizando románticamente a las personas con solo un pedazo de sus biografías, ese sigue siendo mi error.

            ¿Te gusta comer dulces después de fumar?
            Me encanta.
            Tengo dos chocolates que traje de París.
            De París yo me traje una torre en miniatura y un corazón roto.
            ¿el tuyo?
            No, el de un chico que conocí allá.
            ¿No lo quisiste?
            Solo estuve cinco días, ¿para qué iba abrir mi corazón?

Esa noche solo conversamos de nuestros innumerables amores e intercambiamos números. Cuando regresé a casa a dormir con todo el cannabis en dosis perfectas en mi cabeza para soñar con los angelitos, él me había escrito un mensaje, y nuevamente quedamos en vernos al día siguiente por la noche en el mismo lugar.

Yo pasaba por unos días nostálgicos, en los que extrañaba a un viejo amor que no veía hace como un año, y no quería uno nuevo, al menos no con Renzo. Solo quise verlo como amigo y así fue. Al día siguiente por la mañana Renzo me escribió despertándome con un “buenos días”, y esos saludos por la mañana de alguien que recién conoces solo significaba algo: “le interesas”. Sea como amigo o como hombre, a aquel chico le interesas. Por la noche volvimos a vernos en el mismo lugar, y volvimos a fumar y conversar, hasta que el cannabis hizo lo de costumbre, abrir el apetito de manera voraz, así que fuimos por una pizza.

            La pizza está demorando.
            No tengo prisa - le dije
            Tampoco yo, pero ya le preguntamos una vez y dijo que que estaría lista en cinco minutos, han pasado quince.
            Preguntemos de nuevo.
            Si no está lista, nos vamos.
            Dale otra oportunidad - le dije.
            ¿Crees en las segundas oportunidades? – preguntó Renzo.
            Creo en ellas. - le respondí.

Al día siguiente volvió a escribirme y volvimos a vernos en el lugar de siempre. Llegué en mi auto para estar más cómodos y fumar tranquilos como la noche anterior. Y así fueron varios días de la misma rutina, no puedo decir que hablábamos seguidos, pero siempre tenía noticias de él en mi celular con un “hola” o algo que quisiera contarme.

Hasta que una noche, nos citamos nuevamente en el mismo lugar de todas las noches, al cual bautizamos como nuestro “spot”. Hicimos lo de siempre conversar, fumar, reírnos, etc, y finalmente sin ningún tipo de advertencia, Renzo me besó y me gustó.

            La próxima tienes que besarme tú primero.
            Ah, ¿habrá una próxima vez?
            Claro, anoche te di una oportunidad y no te diste cuenta.
            ¿En qué momento?
            Bueno hoy fue la segunda.
            ¿Crees en las segundas oportunidades?
            Parece que si.

Al día siguiente sábado, había una fiesta a la cual él me invitó a ir con sus amigos. Acepté, sin embargo, camino a la casa de su amigo, sucedió algo; Renzo comenzó a hablarme de su ex.

            Terminamos hace dos meses.
            ¿Lo extrañas?
            Si.
            Entiendo - le dije.
            No quiero involucrarme en nada por ahora, y prefiero ser honesto.
            Esta bien – dije con un sinsabor en los labios horrible.

En la casa de su amigo aquella noticia comenzó a hacer efecto en mi humor y  fumé y tomé tanto alcohol que me aleje de la realidad en la dosis exactas para distraerme y pasarla bien.

Llegamos a la discoteca cerca de la medianoche, allí me encontré con muchos amigos y conocidos. Renzo y sus amigos eran aburridos para el baile y yo soy un trompo, necesitaba baile y juerguear como se debe; además Renzo se separó de nuestro grupo y tardó tanto que mis amigos me llevaron a otro grupo y comencé a divertirme como nunca. Perdí de vista a Renzo y sus amigos y pensé que estaría bien divertirme un rato. Bailé con tantos chicos que perdí la cuenta.

Luego de una hora Renzo me encontró bailando con un chico y me jaló hacia un costado.

            Por fin te encuentro.
            Lo mismo digo ¿dónde estabas?
            Donde te dejé, ¿tú dónde estabas?
            Bailando con mis amigos.
            Fui a comprarte un trago.

Me sentí un poco mal por Renzo, pero al rato se me pasó cuando lo vi bailando con otro chico muy pegadito. Entendí que no eran celos, él necesitaba atención. Y así estuvimos toda la noche, jugando al gato y al ratón.

            Tú extrañas a tu ex - le recordé cuando intentó besarme.
            No hablemos de eso ahora.
            Claro que si, me dijiste que no querías nada serio con nadie. Yo no voy a ser tu juguete de entrenamiento hasta que lo perdones.
            Hasta que él me perdone.
            Nunca me contaste qué pasó con ustedes.
            Le saqué la vuelta y se enteró.
            ¿Cómo?
            Yo se lo conté.
            Entonces ¿estás esperando que te de una segunda oportunidad?

Volvimos con los chicos y un nuevo chico comenzó a acercarse a mí y yo no fui indiferente, estaba tan ebrio que Renzo me jaló hacia él.

            Has tomado demasiado – dijo Renzo.
            No me importa déjame bailar o ¿quieres bailar conmigo?
            Si, quiero bailar contigo – afirmó Renzo.
            Ok, pero sin besarnos.
            ¿Seguro? ¿No me vas a dar otra oportunidad?
            No.
            Pensé que creías en las segundas oportunidades.
            Hay momentos que ameritan excepciones.

Y nos besamos en la zona vip en un rincón de precaria visibilidad. Más tarde regresamos a casa, y la noche siguiente nos vimos en el spot.

Renzo tenía las cosas claras, pero yo no. Las señales eran confusas, él no quiere nada serio con nadie, sin embargo, insiste en tratarme como si estuviésemos saliendo y eso me confunde.

Llegó mi cumpleaños y viajé a México por dos semanas. Durante ese viaje día y noche Renzo me escribía para saber cómo estaba y cuando yo me ponía muy cariñoso con los mensajes, como un balde agua fría, él me recordaba su posición. Eso es benching: tenerme allí como una opción cuando se siente solo.

Hasta que un día me escribió y dijo:

            Tenemos que hablar.
            Vuelvo mañana – le dije.
            Nos vemos pasado mañana en la noche en nuestro spot.

A mi regreso a Lima, tenía un pequeño regalo para Renzo de mi viaje y quería dárselo cómo correspondencia al regalo que él me hizo antes de viajar, pequeños detalles que si importan.

            Voy a volver con mi ex.

Sin anestesia, ni previo aviso. No me preparó para esa noticia, simplemente la aterrizó como un avión en aterrizaje forzoso sobre mí.

            Ok. 
            ¿Seguiremos siendo amigos? – me preguntó.
            No. Nunca fuimos amigos.
            ¿Cómo?
            Solo fui tu transición hasta que regresaste con tu ex. (Benching)
            Pensé que él no me perdonaría, pero hablé con él mientras estabas de viaje y me ha dado una segunda oportunidad.
            ¿Nunca quisiste nada serio conmigo? – pregunté.
            Si, pero tengo dos años de relación con él y ...
            Y yo no puedo competir contra eso.
            Lo siento.
            Esta bien, pero no volveremos a vernos.
            ¿Por qué no? Yo quiero seguir tratando contigo, me caes muy bien.
            Eres egoísta, pero te perdono. Porque quizá yo haría lo mismo. Aprovecha tu segunda oportunidad. Yo prefiero no verte.
            Perdóname ¿algún día me hablarás de nuevo?
            Quizá, pero pronto no.

Luego de esa noche me bloqueó de sus redes sociales. Él me había advertido que su novio es celoso y le había contado de mí, de seguro lo obligó a borrarme de todos lados. Luego de eso pasaron dos meses sin saber nada de él. Renzo volvió a escribirme para invitarme a su cumpleaños, y no lo respondí; me pareció extraño que me invitará a su cumpleaños sabiendo lo celoso que es su novio. Lo que se me ocurre es que se pelearon y solo por eso yo tenía invitación a esa fiesta. Aún sentía cariño por él, pero no puedo darle otra oportunidad, no con alguien así de voluble y egoísta.

Creo en las segundas oportunidades, siempre las doy, pero en este caso no podía hacerlo. Por qué todo el tiempo él estuvo esperando su segunda oportunidad con su ex mientras yo fui la oportunidad de una en un millón y él no quiso tenerla. Además, él le sacó la vuelta a su ex, y eso me ayudó a comprender y preguntarme ¿quiero estar con alguien así?  Y si estuviésemos ¿me sacaría la vuelta a mi también?
Hay personas que merecen una segunda oportunidad, yo soy una de ellas. Como dijo me dijo mi amigo Gustavo:

            Si se quiere ir, no le enseñes el camino de vuelta.

Instagram: @elchicodelbusblog 
Facebook: @elchicodelbusblog


Comentarios

Entradas populares de este blog

SEX O'CLOCK Cap. 8 EVIDENCIAS

SIEMPRE NOS QUEDARÁ BUENOS AIRES Cap. #04 EL TIEMPO NO ES IGUAL PARA TODOS

NO SHAVE NOVEMBER