¿CHICOS SOLTEROS O PERSONAJES DE HISTORIA DE TERROR?

 

Se han creado mitos, leyendas y cuentos sobre humanos malévolos que chupan sangre, científicos locos que crean monstruos y asesinos en serie que acaban contigo solo por el simple hecho de que estas en el momento y el lugar equivocado. Hablan de ellos en tiempo pasado, pero yo creo que aún viven entre nosotros. Si prestas mucha atención, quizá recuerdes haberte topado con uno de ellos, y no los reconoces porque llevan un disfraz de "buena gente" a pesar que este 2020 no tendrá una noche de brujas. Sin embargo, estos seres no necesitan un 31 de octubre para salir de sus tumbas y jalarte más que los pies. Están presentes los 365 días del año, no descansan ni feriados y, lo que es peor, no necesitan que sea de noche o que se te malogre el coche en medio de una carretera solitaria o que te pierdas en una calle oscura; ellos pueden aparecer, y también desaparecer como fantasmas en la palma de tus manos. A ellos se les acredita el ghosting ¿No me crees? Dime acaso si no sentiste ataque de ansiedad cuando uno de ellos te dejó en visto, o cuando temblaron tus rodillas en el momento en que su foto de whatsapp desapareció descubriendo que te había bloqueado, o cuando en la oscuridad en mitad de la noche recibías esa llamada de ultratumba. Dime acaso, si no te has sentido acosado por esos personajes de historias de terror del siglo XX, muy presentes en este año. A mis amigos les ha tocado más de uno.

La novia de Chucky

No importa cuantas veces mi amigo Gael haya terminado con su ex. El individuo revivía tantas veces que parecía Chucky. Ya no sabemos cuantas sagas tendrá esta película de terror clásica y aburrida. Siempre su ex regresaba, lo buscaba y lo acosaba ofreciéndole su corazón (de Damballa). Solía caernos bien aquel muchacho, hasta que se convirtió en un muñeco con el cual Gael hacia lo que quería, y al darse cuenta que no tenía voluntad propia lo terminó. Pueden pasar dos o tres meses sin tener noticias de él, y cuando menos se lo espera vuelve el muñeco diabólico que en lugar de cuchillos usa los likes de Instagram, e infinitos “te extraño” por WhatsApp. No importa cuantas veces lo bloquee de sus redes sociales, siempre regresa, y cuando lo hace siempre es peor que la anterior. Y lamentablemente mi amigo muchas veces cae.

El conde Drácula

Mi amigo Gonzalo tenía un novio europeo hasta hace más de medio año. Al principio nos caía bien, hasta que nos dimos cuenta que más parecía de Transilvania que de Madrid. Le daba por sangrarlo. Nunca pagaba las cuentas, le hacía regalarle cosas, en fin. Aunque a Gonzalo no le importa mucho que digamos mantenerlo, era feliz teniendo un conde Drácula como novio, chupándole tiempo, dinero y algo más. “Mientras lo haga bien, no me preocupa” Gonzalo tenía clara sus prioridades. No le molestaba para nada porque el sexo le provocaba gemidos y aullidos de lobo feroz a media noche y, tratándose de un amor pasajero o amor de verano, solo era cuestión que caiga la primera hoja del otoño para terminarlo. Al final cuando el vampiro regresó a Europa, mi amigo Gonzalo quedó con tantos hickeys como lunares en el cuello y el pecho.

La novia de Frankenstein

Mi amigo Giacomo tiene un corazón enorme, tanto que no se da cuenta de las malas intenciones de algunos chicos. Siempre, pero siempre cae con los bad boys.  Se enamora perdidamente y se niega a ver qué tiene frente suyo a un monstruo que le hace tanto daño como una hamburguesa luego del gimnasio. El último que le conocimos era alto, torpe, bruto, tosco y mal humorado. No lo soportamos. Sin embargo, ese Frankenstein tiene una relación con mi amigo y no conmigo ni mis otros amigos; hasta que una noche Giacomo nos llamó llorando porque encontró mensajes de su novio con otro chico y supimos que era el fin. Sin embargo, esa misma noche en tiempo record, aquel Frankenstein volvió con los brazos estirados para abrazar a mi amigo y pedirle perdón, alegando que no volverá a equivocarse. Mis amigos y yo lo enfrentarnos para que mandará lejos a ese monstruo, pero era inútil discutir con una pared. Lo único que nos quedaba era esperar que Giacomo abriera los ojos y se diera cuenta la clase de tipejo que tenía como novio. La espera puede ser larga. 

Pesadilla en la Calle Elm

 Mi amigo Gustavo conoció a un chico de Tinder. Conversaban por WhatsApp y aunque comenzó como un affaire muy bonito, poco a poco se convertía en ese tipo de historias que provoca subir a Instagram. Aquel chico parecía un sueño y no podía esperar para conocerlo en persona, y cuando por fin sucedió, en la primera cita terminaron durmiendo juntos. Luego de esa noche los mensajes se esfumaron como el humo de un cigarro. Durante el día no tenía noticias de él, pero cuando llegaban los fines de semana a mitad de la noche aquel chico regresaba a interrumpir los sueños de Gustavo convirtiéndolos en pesadillas. Siempre extrañaba a mi amigo a esas horas. Una noche fuimos a tomar unos tragos a casa de Gustavo y a las tres de la madrugada como Freddy Krueger aquel chico lo llamó: “Voy por ti”. Tuvimos que tomar cartas en el asunto y fuimos muy claros con Gustavo: “Si viene por ti, cierra la puerta”.

En Lima, habitan toda clase de criaturas peligrosas y no necesitan asustarnos para hacernos daño, a veces palabras lindas son suficientes para ser sus víctimas, y lo peor es que muchas de esas veces NO PODEMOS evitarlo; porque durante la cuarentena estar en cuatro paredes viendo el mismo techo y con distracciones limitadas puede causar angustia y desesperación, nublando nuestro juicio y convirtiéndonos en personajes de películas de terror que comenten el error de escribirle al tóxico. Después de todo Halloween solo dura una noche, y podemos ser los malos hasta antes del amanecer. ¿Dulce o truco? Creo que en el amplio mundo de la noche hay más opciones para preguntar.


Instagram: @elchicodelbusblog 
Facebook: @elchicodelbusblog 

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CHICO DEL BUS Cap. #45 NO SE PUEDE NEGOCIAR CON TERRORISTAS

EL CHICO DEL BUS Cap. #46 COMO UN PEÓN DEL AJEDREZ

SOLO ESTOY VIENDO