COMO CUARENTÓN EN CUARENTENA
El 2020 ha sido un año complicado para la
soltería. Estar como hongo encerrado viendo los días pasar
como si fuera un zapping lentísimo y agregarle que estas en tus 30s o 20s y además terminaste con tu novio recientemente o simplemente esperabas que ese deseo del
año nuevo de tener una relación estable (quizá tu novena uva) se cumpla, olvídate.
Me siento un cuarentón soltero con gatos.
No tengo nada en contra de los señores de cuarenta años, solo uso aquella
imagen que nos hacían creer de los 40s, algo tenebroso si llegas soltero. Para mi
la cuarentena ha sido eso, una multiplicación de días largos llenos de soledad a pesar de estar acompañado.
Si empezaste el año con la lapidaria
frase “2020 sorpréndeme”, date por satisfecho, realmente no agarró por sorpresa. Es ahora cuando debes recordar
esa cadena de mails que te advertían sobre cosas terribles que podían suceder si no la
reenviabas.
Y aunque el sexting tuvo un auge
inigualable, nada se compara a sentir en carne propia.Y muchos
aprendimos a la mala una dolorosa lección, si vas a enviar un pack o un video, te decapitas para no ser el
siguiente viral en Twitter. Tenemos suficiente virus como para además ver el
tuyo.
The new normal, no vino con manual de
supervivencia, fuimos creándolo conforme avanzamos cautelosos mes a
mes, como si el 2020 fuese un campo minado, evitando bombas de COVID calibre
19.
Al menos hemos aprendido a hacer tiktoks,
usar medias con chanclas, vivir en pijamas las 24 horas y, especialmente, a
silenciar el micrófono en una video llamada de la oficina (a nadie le interesa
si tu mamá te dice que olvidaste botar la basura).
Aprendiste que a pesar de usar mascarilla, no te
podrás proteger de las mentiras de tu ex. Y jamás hubieses imaginado que tus
manos consumirían más alcohol que tu garganta. Nos quedamos sin Halloween, solo
quedamos vestidos de payasos todos. Y aunque creíamos que iba durar como duraba
tu ex, ya vamos casi nueve meses esperando la liberación como la segunda
llegada del Mesías. Ansiamos el éxodo que nos permita perrear todas esas
canciones que solo se encargan de torturarnos y recordarnos que la vida pasada
fue mejor.
Sin duda el 2020 es un año histórico,
crisis, pandemia, revelaciones y lo único que queremos es que se termine. Sin embargo, si crees que el final de este año será el final de nuestros problemas, déjame decirte que el
31 de diciembre tampoco hace milagros.
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