SIEMPRE NOS QUEDARÁ BUENOS AIRES Cap. #09 EL ROMANCE ES COSA MEDIEVAL

 

Una vez leí en un tweet que las cosas imposibles suelen ser las que más deseamos, y que el deseo es una carga emocional tan fuerte que nos desgasta tan rápido como la batería de un iPhone. 

Desperté solo en mi cama. Pensé que él había pasado la noche conmigo. Me levanté precipitadamente y sonreí al darme cuenta que no lo había soñado, ayer un bus me dejó un buen pasajero. Quise verlo otra vez, porque la cuenta regresiva de había activado como una bomba de tiempo, me quedan menos 24 horas en la ciudad a lo mucho, porque el decimo día era solo el viaje de regreso.

Aquella tarde del sábado me reencontré con mis amigos de argentina que no veía hace años y les conté sobre mi affaire. Y esa misma tarde un amigo de Perú que estaba de escala en la ciudad autónomo me escribió para vernos. Yo estaba muy emocionado con lo que había sucedido, porque lo traduje como la cereza en el tope que me faltaba para regresar a casa con algo más que un suvenir. Y aunque el bueno humor no me lo quito nadie, mi amigo peruano W siempre encuentra la forma de reventar mi burbuja con su filuda lengua. Él dice que no es la primera vez, ya en París me había sucedido algo similar, en lugar de conocer un local, hago conexión con un chico que no es tan atractivo, al menos para él. No estuvo de acuerdo con mi aventura de anoche, la desaprobó de inmediato.

 

-       El romance esta muerto en estos tiempos.

-       ¿acaso crees que no lo volveré a ver?

-       Si lo harás, pero ¿y? ¿qué más? ¿Va a regresar contigo en tu maleta? No seas bruto, bájate de tu nube que el romance es cosa medieval.

-       Solo quiero verlo otra vez.

-       Para él solo fuiste un sexo express.

-       ¿por qué se quedó conmigo?

-       Se llevaron bien y quiso divertirse.

 

Y aunque odio admitirlo quizá tenga razón. No me atreví a contarle lo que descubrí esta mañana antes de ver a mis amigos. W me hizo ver que Romeo y Julieta son inventos. Que luego de las doce nada vuelve a la normalidad, porque siempre estuvo todo normal. Que las cenicientas y princesas solo existen en la imaginación. Y que los finales felices son una excusa para que más gente compré pasajes a Disney World.

W solo podía estar conmigo un par de horas antes de regresar a su hotel y descansar para su vuelo de la madrugada. Caminamos por el centro y fuimos a conocer El Ateneo en la avenida Santa Fe. Cenamos algo de comida chatarra y caminos cerca a Puerto Madero. Me acompañó a tomar el bus y luego se fue caminando hacia su hotel.

 

Era tarde, y el bus me dejó agotado todo el camino. Diego me escribió para decirme que irá en la noche al departamento a estar conmigo hasta la hora que tenga que irme a la estación de buses. La che también estaría allí. Ambos se quedarían conmigo hasta que yo me vaya.

 

Durante el camino de regreso a casa, me puse a pensar en lo que W me dijo “El romance ha muerto”. Ya nadie cree en esas cosas. Y a pesar de todo lo que le conté parece que mi amigo me conoce mucho mejor que yo. Y lo que no me atreví a contarle fue que Diego me mintió desde que me conoció.

 

Hasta la fecha Diego no lo sabe y es probable que recién se enteré al leer esta historia. Hoy por la mañana apenas desperté recibí su mensaje de buenos días, esos que le sacan una sonrisa a cualquiera al día siguiente de su primera cita. Bueno la sonrisa no duró mucho tiempo. Diego quedó en venir a verme por la noche a tomar unas birras antes de que mi taxi venga por mí. Momento después me desnudé y me metí a la ducha para despertar por completo, me vestí y decidí responder algunos mensajes por Instagram. En ese momento no me había percatado que tuviese tantos mensajes, entré a la aplicación y allí estaba sin cerrar sesión el usuario de Diego.

 

El día anterior él me pidió mi teléfono para conectarse a Instagram y escribirle a su supuesto primo y avisarle que no llegaría temprano a casa. Pues bien, resulta que ese chico al que le había escrito no era su primo. No debí, la tentación era muy grande, era la primera vez que tenía acceso a una conversación donde podría encontrar muchos monstruos, vaya y los encontré. Allí estaba la conversación donde él informaba al supuesto primo sobre su demora de anoche. Subí y subí la conversación. Yo sé que todos hemos tenido encuentros cercanos eróticos con nuestros primos o primas, muchas veces son ellos nuestros primeros besos y pajas. Lo que encontré no era nada de eso, aquella conversación encontrada pertenecía a un chico que tenía un interés mas que físico con Diego, y este último no le era indiferente. No fue la única conversación que revisé, bajé una o hasta cuatro usuarios más. En su mayoría amigas y un amigo, no leí mucho, me sentí como un delincuente entrando a robar en casa ajena.

 

Cerré los ojos y respiré profundo. No lo juzgué, ni lo condené. Al contrario, me di cuenta que mi ego no me podía dominar ¿acaso no todos tenemos un pasado antes de conocer a alguien que nos gusta? ¿acaso yo mismo no había tenido aventuras en esa misma ciudad con otros chicos antes de conocer a Diego? Lo importante fue la conexión que nació anoche. Y todo lo que viene después de esas horas. Antes no importa y después quizá tampoco importe dentro de unas semanas o meses cuando yo este lejos y él se quede aquí. Y cada uno retome su vida anterior.

 

Decidí que el presente es lo único que quiero ver. No quiero saber nada de mi línea del tiempo ni mi biografía después. Quiero enfocarme en el hoy. Quiero recordarme que el romance si existe, que yo siempre tuve razón en ser cursi. Que la serendipia aun puede ser lo que las personas necesitan para tener algo para recordar y ser felices al hacerlo. Me vale dos rábanos si luego de este viaje Diego se enamora de otro chico, es la vida así. Lo que me importa es que hoy y las ultimas horas que me quedan en esta ciudad, solo yo importo para él y él para mí.

 

Como cantaba Diego Torres, solo quiero tratar de estar mejor. Sin complicaciones, porque todo pasa por algo. Quizá si no hubiese conocido a Diego anoche, hubiese conocido a otro chico en La Warhol, o pude haberme pasado algo malo si me fijaba en el pibe equivocado. Al menos tuve suerte, de conocer alguien tan romántico como yo, y que a pesar que todo el tablero este en nuestra contra, jugaremos una partida más esta noche durante la despedida.

 

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Por Carlos Gerzon

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